domingo, 3 de agosto de 2014

Invocarnos

Hay ciertas cosas de mí que me molestan.
Ser un marsupial que nació ciego
y que teme salir de la bolsa;
no llegar a las tetas oscuras del tabaco,
resbalar y no caer.
Hay ciertas cosas de ti que amo.
Tu propensión a ser mía siendo tuya.
El esplendor de tu cuerpo
bellamente dosificado
en gotas de sexo.
El domingo es un techo corredizo.
Debajo de él
todo es un estanque sin ranas,
un sonido emitido por un tambor apolillado.
Hay ciertas cosas que nos hacen.
La ciudad y la no ciudad.
Los espacios que negamos
para pertrecharnos desnudos
frente al ventilador
y no saber nada
porque sabemos todo
o todo lo tenemos
porque dentro de esa nada
habita un absoluto.
Hay una forma rotunda de averiguar
en dónde estamos
y cuando cierras los ojos y yo los cierro
aparecemos.
De ahí el tacto, o este respiro.
Mientras tanto
no me canso
de invocarnos. 

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