sábado, 29 de diciembre de 2012

Bachelet: dos muertos bajo su gestión.


El 12 de noviembre pasado se cumplieron diez años del brutal asesinato de Alex Lemún, bajo los gobiernos de la Concertación, presidido en esa oportunidad por Ricardo Lagos. Mientras éste se encontraba en el Fundo Santa Alicia en el marco de la recuperación de tierras que sostenía la comunidad "Montutui Mapu", Lemún recibió en la cabeza el impacto de un perdigón de plomo de una escopeta calibre 12, disparada por el oficial Marco Aurelio Treuer, falleciendo el 12 de noviembre del 2002 en la Clínica Alemana de Temuco.
Mientras la presidenta Bachelet se encaminaba al tercer año de su continuismo ultraneoliberal y bajo el techo de la Constitución fascista de la dictadura de Pinochet y sus secuaces y con una fuerte caída en las diversas encuestas que se han realizado en el país, la gestión gubernativa de la mandataria socialdemócrata neoliberal, se ve empañada por la muerte del estudiante universitario de origen mapuche Matías Catrileo, el joven era estudiante de la carrera de Agronomía de la Universidad de la Frontera de Temuco.
El incidente se produjo luego de una serie de acciones reivindicativas promovidas por los pueblos originarios de la región de la Araucanía y que está relacionada con sus luchas ancestrales de devolución de las tierras que le fueron arrebatadas por la ocupación de la Corona española primero, y luego por la naciente oligarquía económica y financiera chilena, que a través de los siglos ha usurpado las tierras del pueblo mapuche.
Los connotados ladrones de tierras, transformados en latifundistas y hacendados, en su mayor parte proceden del 20% más rico del país. Cuya militancia política o cercanía se encuentra en las filas del pinochetismo representado por la Unión Demócrata Independiente (UDI), Renovación Nacional (RN), la Democracia Cristiana y la Iglesia Católica chilena, que también mantiene bajo su poder tierras que antiguamente fueron de propiedad de los pueblos originarios chilenos.
El crimen de Matías Catrileo se ha producido en el marco de la huelga de hambre que han estado realizando comuneros mapuches y adherentes a su causa, que exigen la liberación de todos los presos políticos mapuches existentes en el país, además de algunos beneficios carcelarios, que las autoridades administrativas de los centros de reclusión, se niegan terminantemente a conceder.
En Chile en la resolución de conflictos de cualquier índole, ya sean de orden reivindicativo, por mejores condiciones de vida, por una educación de calidad, buenos servicio de salud, de buses, viviendas dignas, por tener ingresos éticos y justos, o recuperar tierras del pueblo mapuche que se encuentran en manos de la clase económicamente dominante del país. La única respuesta que encuentra la clase trabajadora, los sectores populares y los pueblos originarios chilenos, siempre es la represión del Estado chileno, que amparado en la Constitución fascista de la dictadura, y su ley antiterrorista, les permite desplegar la policía militarizada chilena, en este caso, en toda la región de la Araucanía, que suele responder con la mayor brutalidad posible, como en los mejores tiempos de la dictadura.
El Estado chileno, y los cogobiernos de la Concertación con el pinochetismo (UDI-RN), con respecto a las demandas ancestrales de los pueblos originarios chileno, pareciera tener establecido una política de exterminio, más que la solución real de sus peticiones. En este plano, el Estado chileno y los gobiernos de la Concertación hicieron tabla rasa de las resoluciones de las Naciones Unidas, con respecto a la situación de los pueblos originarios y sus conculcados derechos históricos y humanos.
En otro escenario y siempre en la región de la Araucanía, los aparatos represivos del Estado chileno, que reciben órdenes directas del Ministerio del Interior, asesinaron  al trabajador forestal Rodrigo Cisternas, que participaba en la lucha por mejores demandas económicas para el conjunto de los trabajadores forestales de la región. Cabe agregar además que los Tribunales de Justicia, sin haber llevado una investigación exhaustiva al respecto, han resuelto dejar en la más absoluta impunidad el crimen de Rodrigo Cisterna, sin que ninguno de los esbirros de la policía militarizada pague con cárcel por ello. Este crimen sin duda mancha con sangre de chilenos la gestión realizada por el gobierno concertacionista de Michelle Bachelet, que se ampara en la legalidad de la dictadura reinante hasta ahora en el país.
 El criminal de los aparatos represivos militarizados del Estado chileno, que ultimo a Matías Catrileo, fue identificado como el policía uniformado Walter Ramírez Espinoza, quien fue detenido en la subcomisaría de Fuerzas Especiales de la ciudad Temuco, en la actualidad, no cumple condena alguna.
Mientras tanto la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecido (AFDD), en una carta dirigida a la Corte Suprema, adjudicó al renunciado ministro Belisario Velasco la responsabilidad política y penal por la muerte del joven mapuche Matías Catrileo Quezada.
La organización mapuche Meli Wixan Mapu realizó una conferencia de prensa para pedir la renuncia del jefe de zona policial de la Araucanía, Mauricio Catalán, y acusaron a Carabineros de implementar una política de represión indiscriminada y de "gatillo fácil" contra las comunidades mapuches.
El vocero de la organización, Manuel Díaz Calfíu, indicó que era su “responsabilidad moral” pedir esta renuncia, a pesar las pocas esperanzas que tienen de que su petición se haga realidad, citando como antecedente la investigación por el asesinato de Alex Lemún, adjudicado al mayor Marco Aurelio Treuer, quien "fue después ascendido a comandante", siendo premiado así por los gobiernos de la Concertación.
El alevoso crimen del estudiante universitario de origen mapuche mantiene la región con una fuerte tensión, ante las movilizaciones que se  desplegaron por grupos de protesta por el crimen del joven comunero mapuche. Las manifestaciones de los pueblos originarios en la zona, ha significado la ocupación de carreteras, el impedimento del flujo de automóviles, buses, camiones y la realización de fogatas como señal de protesta.
En la ciudad de Concepción, otro grupo protagonizó una marcha que comenzó en la catedral de la ciudad, pasó por el edificio institucional de Carabineros de esa región, en donde se repudió el actuar de los efectivos de la policía uniformada, y concluyó con una velatón en homenaje al universitario fallecido.
Los crímenes de Alex Lemún, Rodrigo Cisterna y Matías Catrileo, se inserta en un Estado y gobierno, que actúa con un claro signo autoritario y amparándose en la legislación represiva de la dictadura, que permite que los aparatos de la policía uniformada del Estado chileno actúen de forma despiadada imponiendo el terrorismo de forma virulenta y brutal contra todos aquellos que osen por exigir mejores condiciones de vida o la restitución de sus tierras enajenadas.
La presidenta Bachelet, el Ministro del Interior, el Intendente respectivo de la región, la coalición política de gobierno, cual Poncio Pilatos, no pueden seguir lavándose las manos antes los crímenes y la represión que se impone desde las sombras del palacio de gobierno y la casta política que cogobierna el país, la denuncia ante los organismos internacionales respectivo no se puede dejar de esperar, menos la movilización social y la solidaridad con los pueblos en lucha.


lunes, 10 de diciembre de 2012

Las cárceles y su influencia moral sobre los presos – P. Kropotkin


Kropotkin es quizá el único de los teóricos clásicos del anarquismo que llegó a abordar directamente el tema del castigo y de las cárceles. Al analizar sus postulados, resulta interesante notar que, en general, mucho de lo por él sostenido guarda una clara identidad con posturas expresadas por los actuales ideólogos del abolicionismo, particularmente con lo dicho por Mathiesen y Christie.En el trabajo que pongo a continuación (el primero de dos de su autoría que pretendo agregar acá), Kropotkin analiza principalmente algunas de las teorías justificacionistas más importantes y en boga en su época: la de la rehabilitación y la prevención general.
La primera de ellas considera al delincuente un ente “desviado” que es necesario volver al cauce de la “normalidad” social, respecto del cual el encierro se transforma en una vía para poder someterlo a un tratamiento de rehabilitación.
Por su parte, la prevención general mira más bien los efectos de la cárcel no desde el punto de vista de quien es sometido a prisión, sino de la sociedad en su conjunto. En este sentido, el preso es considerado un medio, a través del cual se busca dar una señal al conjunto de la sociedad, particularmente a aquellos que no han dilinquido pero se encuentran en disposición de llegar a hacerlo, de que se abstengan de cometer actividades ilícitas por cuanto el daño a recibir es del todo superior a los beneficios que el delito otorga.
Como modernamente Mathiesen, Christie y otros criminólogos también han afirmado, Kropotkin niega que la cárcel cumpla algunos de estos fines que se enarbolan para justificarla. El encierro, particularmente en las condiciones inhumanas en que él se materializa, es incapaz de reformar a quien a cometido un delito -y por el contrario, somete a un proceso de carcelización que no sólo no inhibe sino que acentúa la posibilidad de la reincidencia-; ni tampoco la cárcel sirve para evitar que los demás sujetos quebranten la ley.
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(Discurso pronunciado por Piotr Kropotkin en Paris el 20 de diciembre de 1877)
LAS CÁRCELES Y SU INFLUENCIA MORAL SOBRE LOS PRESOS
Piotr Kropotkin
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Introducción:Tras el problema económico y tras el problema del Estado, quizás el más importante de todos sea el que concierne al control de los actos antisociales. La distribución de justicia fue siempre el principal instrumento para crear derechos y privilegios, pues se basaba en sólidos fundamentos de derechos constituidos; el problema de lo que ha de hacerse con los que cometen actos antisociales contiene en consecuencia en sí el gran problema del gobierno y del Estado.
Es hora ya de que nos preguntemos si la condena a muerte o a la cárcel son justas.
¿Logran el doble fin que se marcan como objetivo, el de impedir la repetición del acto antisocial y (en cuanto a las cárceles) el de reformar al infractor?
Son graves cuestiones. De la solución que se les de depende no sólo la felicidad de miles de presos, no sólo el destino de mujeres y niños asolados por la miseria, cuyos padres y maridos no pueden ayudarles desde detrás de sus rejas, sino también la felicidad de la especie humana. Toda injusticia cometida contra un individuo la experimenta, en último termino, todo el conjunto de la especie.
He tenido ocasión de conocer dos cárceles en Francia y varias en Rusia, y diversas circunstancias de mi vida me han llevado a volver a estudiar las cuestiones penales, y creo que es mi deber exponer claramente lo que son las cárceles: relatar mis observaciones y mis ideas, resultado de ellas.
1. La cárcel como escuela de delito.
Cuando un hombre ha estado en la cárcel una vez, vuelve. Es inevitable, las estadísticas lo demuestran. Los informes anuales de la administración de justicia penal de Francia muestran que la mitad de los que comparecen ante los jurados y dos quintas partes de los que anualmente comparecen ante los órganos menores por faltas reciben su educación en las cárceles. Casi la mitad de los juzgados por asesinato, y tres cuartas partes de los juzgados por robo con allanamiento son reincidentes. En cuanto a las cárceles modelo, mas de un tercio de los presos que salen de estas instituciones supuestamente correctivas vuelven a ser encarcelados en un plazo de doce meses después de su liberación.
Otra característica significativa es que la infracción por la que el hombre vuelve a la cárcel es siempre mas grave que la anterior. Si antes era un pequeño robo, vuelve ya por un audaz robo con allanamiento. Si la primera vez le encarcelaron por un acto de violencia, lo más probable es que vuelva luego como asesino. Todos los tratadistas de criminología coinciden en este punto. Los ex-presidiarios se han convertido en un grave problema en Europa. Y ya sabemos como lo ha resuelto Francia: decretando su destrucción total por las fiebres de Cayena, un exterminio que se inicia en el viaje.
2. La Inutilidad de las cárceles.
Pese a todas las reformas hechas hasta el presente, pese a los experimentos de los distintos sistemas carcelarios, los resultados son siempre los mismos. Por una parte, el número de delitos contra las leyes existentes ni aumenta ni disminuye sea cual sea el sistema de castigo. En Rusia se ha abolido la flagelación y en Italia la pena de muerte, sin que variara el número de crímenes. La crueldad de los jueces puede aumentar o disminuir, la crueldad del sistema penal jesuítico cambiar, pero el número de actos considerados delitos se mantiene constante. Sólo le afectan otras causas que brevemente enunciaré.
Por otra parte sean cuales fueren los cambios introducidos en el régimen carcelario, el problema de la reincidencia no disminuye. Esto es inevitable; así ha de ser; la prisión mata todas las cualidades que hacen al hombre adaptarse mejor a la vida comunitaria. Crea el tipo de individuo que inevitablemente volverá a la cárcel para acabar sus días en una de esas tumbas de piedra que tienen grabado: «Casa de detención y corrección».
A la pregunta “¿Qué hacer para mejorar el sistema penal?», sólo hay una respuesta: nada. Es imposible mejorar una cárcel. Con excepción de unas cuantas mejoras insignificantes, no se puede hacer absolutamente nada más que demolerla.
Podría proponer que se pusiese un Pestalozzi al frente de cada cárcel. Me refiero al gran pedagogo suizo que recogía niños abandonados y hacer de ellos buenos ciudadanos.
Podría proponer también que substituyesen a los guardias actuales, ex soldados y ex policías, sesenta Pestalozzis. Aunque preguntareis:
«¿Dónde encontrarlos?»… Pregunta razonable. El gran maestro suizo rechazaría sin duda el oficio de carcelero, pues, el principio de toda cárcel es básicamente malo porque priva al hombre de libertad.
Privando a un hombre de su libertad, no se conseguirá que mejore. Cultivaremos delincuentes habituales, como ahora mostraré.
3. Los delincuentes en la cárcel y fuera.
Para empezar, tengamos en cuenta que no hay preso que considere justo el castigo que se le aplica. Esto es en si mismo una condena de todo nuestro sistema judicial. Hablad con un hombre encarcelado o con un gran estafador. Dirá: «Aquí están los de las pequeñas estafas, los de las grandes andan libres y gozan del público respeto». ¿Qué responder, sabiendo que existen grandes empresas financieras expresamente dedicadas a arrebatar los últimos céntimos de los ahorros de los pobres, y cuyos fundadores se retiran a tiempo con botines legales hechos a costa de esos pequeños ahorros? Todos conocemos esas grandes empresas que emiten acciones, sus circulares falsas, sus inmensas estafas. ¿Cómo no dar al preso la razón?
Y el hombre encarcelado por robar una caja fuerte, te dirá: «Simplemente no fui bastante listo; nada mas». ¿Y qué contestarle, sabiendo lo que pasa en sitios importantes, y cómo, tras terribles escándalos, se entrega a esos grandes ladrones el veredicto de inocencia?
Cuantas veces se oirá decir a los presos: «Son los grandes ladrones los que nos tienen aquí encerrados; nosotros somos los pequeños». ¿Cómo discutir esto cuando los presos saben de las increíbles estafas perpetradas en el campo de las altas finanzas y del comercio. Cuando saben que la sed de riquezas, adquiridas por todos lo medios posibles, es la esencia misma de la sociedad burguesa? Cuando ha examinado la inmensa cantidad de transacciones sospechosas que separan a los hombres honestos (según medidas burguesas) y a los delincuentes, cuando ha visto todo esto, tiene sin duda que creer que las cárceles son para torpes, no para delincuentes.
Esta es la norma respecto al mundo exterior. En cuanto a la cárcel misma, no hace falta extenderse mucho en ello. Sabemos bien lo que es. Sea respecto a la comida o a la distribución de favores, en palabras de los presos, desde San Francisco a Katmchatka: «Los mayores ladrones son los que nos tienen aquí, no nosotros».
4. El trabajo en la cárcel.
Todos conocemos el influjo dañino de la ociosidad. El trabajo realza al hombre. Pero hay muchos trabajos. El trabajo del libre hace sentirse parte del todo inmenso; el del esclavo degrada. Los trabajos forzados se hacen a la fuerza, sólo por miedo a un castigo peor. Y ese trabajo, que no atrae por si mismo porque no ejercita ninguna de las facultades mentales del trabajador, esta tan mal pagado que se considera un castigo.
Cuando mis amigos hacían corsés o botones de concha y ganaban doce centavos por diez horas al día, y cuatro los retenía el Estado, podemos comprender muy bien la repugnancia que este trabajo producía al condenado a ejecutarlo.
Cuando uno gana treinta y seis centavos por semana, hay derecho a decir: «Los ladrones son los que aquí nos tienen, no nosotros».
5. Consecuencias del cese de los contactos sociales.
¿Y qué inspiración puede lograr un preso para trabajar por el bien común, privado como está de toda conexión con la vida exterior? Por un refinamiento de crueldad, quienes planearon nuestras cárceles hicieron todo lo posible por cortar toda relación del preso con la sociedad. En Inglaterra, la mujer y los hijos del preso sólo pueden verle una vez cada tres meses y las cartas que se le permiten escribir son realmente ridículas. Los filántropos han llegado a veces a desafiar la naturaleza humana hasta el punto de impedir a un preso a escribir algo más que su firma en un impreso.
La mejor influencia a que un preso podría someterse, la única que podría aportarle un rayo de luz, un soplo de cariño en su vida (la relación con los suyos) queda sistemáticamente prohibida.
En la vida sombría del preso, sin pasión ni emoción, se atrofian en seguida los buenos sentimientos. Los trabajadores especializados que amaban su oficio pierden el gusto por el trabajo. La energía corporal se esfuma lentamente.
La mente no tiene ya energía para fijar la atención; el pensamiento es menos ágil, y, en cualquier caso, menos persistente.
Pierde profundidad. Yo creo que la disminución de la energía nerviosa en las cárceles se debe, sobre todo, a la falta de impresiones variadas.
En la vida ordinaria hay miles de sonidos y colores que asaltan diariamente los sentidos, un millar de pequeños hechos llegan a nuestra conciencia y estimulan la actividad del cerebro. Esto no sucede con los sentidos de los presos. Sus impresiones son escasas y siempre las mismas.
6. La teoría de la fuerza de voluntad.
Hay otra importante causa de desmoralización en las cárceles. Todas las transgresiones de las normas morales aceptadas pueden atribuirse a la falta de una voluntad fuerte. La mayoría de los habitantes de las cárceles son gentes que no tuvieron la fuerza suficiente para resistir las tentaciones que les rodeaban o para controlar una pasión que les arrastró momentáneamente. En las cárceles, como en los conventos, se hace todo lo posible para matar la voluntad del hombre. No se suele tener posibilidad de elegir entre dos opciones.
Las raras ocasiones en que se puede ejercitar la voluntad son muy breves. Toda la vida del preso está regulada y ordenada previamente. Sólo tiene que seguir la corriente, que obedecer so pena de graves castigos.
En estas condiciones, toda la fuerza de voluntad que pudiese tener al entrar desaparece.
¿Y dónde buscar fuerzas para resistir las tentaciones que surjan ante él, como por arte de magia, cuando salga de entre los muros de la cárcel? ¿Dónde encontrará la fuerza necesaria para resistir el primer impulso de un arrebato de pasión, si durante años se hizo lo posible por matar esa fuerza interior, por hacerle dócil instrumento de los que le controlan? Este hecho es, en mi opinión, la condena más terrible de todo el sistema penal basado en privar de libertad al individuo.
Es claro el motivo de esta supresión de la voluntad del individuo, esencia de todo sistema penitenciario. Nace del deseo de guardar el mayor número de presos posible con el menor número posible de guardias. El ideal de los funcionarios de prisión seria millares de autómatas, que se levantaran, trabajaran, comieran y fueran a dormir controlados por corrientes eléctricas accionadas por uno de los guardianes. Quizá así se ahorrase presupuesto, pero nadie debería asombrarse de que estos hombres, reducidos a máquinas, no fuesen, una vez liberados, tal cómo la sociedad los desea. Tan pronto como un preso queda libre, le esperan sus viejos camaradas. Lo reciben fraternalmente y se ve una vez mas arrastrado por la corriente que le llevó a la cárcel. Nada pueden hacer las organizaciones protectores. Lo único que pueden hacer para combatir la influencia maligna de la cárcel es aliviar su influjo en los ex-presidiarios.
¡Qué contraste entre la recepción de sus viejos camaradas y la de la gente que se dedica a tareas filantrópicas con ex-presidiarios! ¿Cuál de estas personas le invitará a su casa y le dirá simplemente: «Aquí tienes una habitación, aquí tienes un trabajo, siéntate en esta mesa como uno mas de la familia»?
El ex-presidiario sólo busca la mano extendida de cálida amistad. Pero la sociedad, después de haber hecho todo lo posible por convertirle en enemigo, después de inocularle los vicios de la cárcel, le rechaza. Le condena a ser un «reincidente».
7. El efecto de las ropas de la cárcel y de la disciplina.
Todo el mundo conoce la influencia de la ropa decente. Hasta un animal se avergüenza de aparecer ante sus semejantes si algo le hace parecer ridículo.
Si pintan a un gato de blanco y amarillo no se atreverá a acercarse a otros gatos. Pero los hombres empiezan por entregar una vestimenta de lunático a quien afirman querer reformar.
El preso se ve sometido toda su vida de prisión a un tratamiento que indica un desprecio absoluto por sus sentimientos. No se concede a un preso el simple respeto debido a todo ser humano. Es una cosa, un número, y a cosa numerada se le trata. Si cede al más humano de todos los deseos, el de comunicarse con un camarada, se le culpa de falta de disciplina. Quien no mintiese ni engañase antes de entrar en la cárcel: allí aprenderá a mentir y a engañar y este aprendizaje será para él una segunda naturaleza.
Y los que no se someten lo pasan mal. Si verse registrado le resulta humillante, si no le gusta la comida, si muestra disgusto porque el guardián trafica con tabaco, si divide su pan con el vecino, si conserva aun la suficiente dignidad para enfadarse por un insulto, si es lo bastante honrado para sublevarse por pequeñas intrigas, la cárcel será para él un infierno. Se verá abrumado de trabajo o le meterán a pudrirse en confinamiento solitario.
La más leve infracción de disciplina significará el castigo mas grave. Y todo castigo llevará a otro. Por la persecución le empujaran a la locura. Puede considerarse afortunado si no deja la cárcel en un ataúd.
8. Los carceleros.
Es fácil escribir en los periódicos que hay que vigilar estrechamente a los guardias de las cárceles, que deben elegirse entre hombres buenos. No hay nada más fácil que construir utopías administrativas. Pero el hombre seguirá siendo hombre, guardián o preso.
Y cuando se condena a estos guardianes a pasar el resto se sus vidas en situaciones falsas, sufren las consecuencias. Se vuelven irritables. Sólo en monasterios y conventos hay tal espíritu de mezquina intriga. En ninguna parte abundan tanto escándalos y chismorreos como entre los guardianes de las cárceles.
No se puede dar a un individuo autoridad sin corromperle. Abusará de ella. Y será menos escrupuloso y sentirá su autoridad más aun cuanto su esfera de acción sea mas limitada.
Obligado a vivir en terreno enemigo, el guardián no puede convertirse en un modelo de bondad. A la alianza de los presos se opone la de los carceleros. Es la institución la que les hace lo que son: sicarios ruines y mezquinos. Si pusiésemos a Pestalozzi en su lugar, pronto sería un carcelero.
Rápidamente, el rencor contra la sociedad penetra en el corazón del preso. Se habitúa a detestar a los que le oprimen. Divide el mundo en dos partes: una, aquella a la que pertenecen él y sus camaradas; la otra, el mundo exterior representado por los guardianes y sus superiores. Los presos forman una liga contra todos los que no llevan el uniforme de presidiario. Son sus enemigos y cuanto puedan hacer para engañarles es bueno.
Tan pronto como se ve en libertad, pone el preso en práctica su código. Antes de ir a la cárcel pudo cometer su delito involuntariamente. Ahora tiene una filosofía que puede resumirse en estas palabras de Zola: «Que sin vergüenzas son estos hombres honrados».
Si consideramos las distintas influencias de la cárcel sobre el preso nos convenceremos de que hacen al hombre cada vez menos apto para vivir en sociedad. Por otra parte, ninguna de estas influencias eleva las facultades intelectuales y morales del preso, ni le lleva a una concepción mas elevada de la vida. La cárcel no mejora al preso. Y además, hemos visto que no le impide cometer otros delitos. No logra, pues, ninguno de los fines que se propone.
9. ¿Cómo debemos tratar a los infractores?
Debemos de formular la siguiente pregunta: «¿Qué debería hacerse con los que violan las leyes?» No me refiero a las leyes escritas (son triste herencia de un triste pasado), si no a los principios morales grabados en los corazones de todos nosotros.
Hubo tiempos en que la medicina era el arte de administrar ciertas drogas, laboriosamente descubiertas con experimentos. Pero nuestra época ha enfocado el problema médico desde un nuevo ángulo. En vez de curar enfermedades, busca la medicina ahora ante todo impedirlas. La higiene es la mejor medicina de todas. Aun hemos de hacer lo mismo con este gran fenómeno social al que aun llamamos «delito», pero al que nuestros hijos llamarán «enfermedad social». Impedir la enfermedad será la mejor cura. Y esta conclusión se ha convertido ya en lema de toda una escuela de pensadores modernos dedicados al estudio del «delito».
En las obras publicadas por los innovadores están todos lo elementos necesarios para adoptar una actitud nueva hacia aquellos a quienes la sociedad, cobardemente, ha decapitado, ahorcado o encarcelado hasta ahora.
10. Causas del delito.
A tres grandes categorías de causas se deben esos actos antisociales llamados delitos. Son causas sociales, fisiológicas y físicas. Empezaré por las últimas. Son las menos conocidas, pero su influencia es indiscutible.
Causas físicas.
Si vemos que un amigo hecha al correo una carta olvidándose poner la dirección, decimos que es un accidente, que es algo imprevisto. Estos accidentes, estos acontecimientos inesperados, se producen en las sociedades humanas con la misma regularidad que los que pueden prevenirse. El número de cartas sin dirección que se envían por correo continúa siendo notable año tras año. Este número puede variar de un año tras otro, pero muy levemente. Aquí tenemos un factor tan caprichoso como la distracción. Sin embargo, este factor está sometido a leyes igual de rigurosas que las que gobiernan los movimientos de los planetas.
Y lo mismo sucede con el número de delitos que se cometen al año. Con las estadísticas de años anteriores en la mano, cualquiera puede predecir con antelación, con sorprendente exactitud, el número aproximado de asesinatos que se cometerán en el curso del año en cada país europeo.
La influencia de las causas físicas sobre nuestras acciones aun no ha sido, ni mucho menos, plenamente estudiada. Se sabe, sin embargo, que predominan los actos de violencia en el verano, mientras que en el invierno adquieren prioridad los actos contra la propiedad. Si examinamos los gráficos obtenidos por el profesor Enrico Ferri y observamos que el gráfico de actos de violencia sube y baja con el de temperatura, nos impresiona profundamente la similitud de los dos y comprendemos hasta que punto el hombre es una máquina. El hombre que tanto se afana de su voluntad libre, depende de la temperatura, los vientos y las lluvias tantos como cualquier otro organismo. ¿Quién pondrá en duda estas influencias? Cuando el tiempo es bueno y es buena la cosecha, y cuando los hombres se sienten a gusto, es mucho menos probable que de pequeñas disputas resulten puñaladas. Si el tiempo es malo y la cosecha pobre, los hombres se vuelven irritables y sus disputas adquieren carácter mas violento.
Causas fisiológicas.
Las causas fisiológicas, las que dependen de la estructura del cerebro, órganos digestivos y sistema nervioso, son sin duda más importantes que las causas físicas. La influencia de capacidades heredadas, así como de la estructura física sobre nuestros actos, han sido objeto de tan profunda investigación que podemos formarnos una idea bastante correcta de su importancia.
Cuando Cesare Lombroso afirma que la mayoría de los que habitan nuestras cárceles tienen algún defecto en su estructura cerebral, podemos aceptar tal afirmación siempre que comparemos los cerebros de los que mueren en prisión con los de quienes mueren fuera en condiciones de vida generalmente malas. Cuando demuestra que los asesinatos más brutales los cometen individuos que tienen algún defecto mental grave, aceptamos lo que dice si tal afirmación la confirman los hechos. Pero cuando Lombroso declara que la sociedad tiene derecho a tomar medidas contra los deficientes, no aceptamos seguirle. La sociedad no tiene derecho a exterminar al que tenga el cerebro enfermo. Admitimos que muchos de los que cometen estos actos atroces son casi idiotas. Pero no todos los idiotas se hacen asesinos.
En muchas familias, tanto en los manicomios, como en los palacios, hay idiotas con los mismos rasgos que Lombroso considera característicos del «loco criminal». La única diferencia entre ellos y los que van al patíbulo es el medio en que viven. Las enfermedades cerebrales pueden ciertamente estimular el desarrollo de las tendencias asesinas, pero no es algo inevitable. Todo depende de las circunstancias de quien sufra la enfermedad mental.
Toda persona inteligente podrá ver, por los datos acumulados, que la mayoría de los individuos a los que se trata hoy como delincuentes son hombres que padecen alguna enfermedad, y a quienes en consecuencia, es necesario curar lo mejor posible en vez de enviarlos a la cárcel, donde su enfermedad sólo puede agravarse.
Si nos sometiésemos todos a un riguroso análisis, veríamos que a veces pasan por nuestra mente, rápidos como centellas, los gérmenes de ideas que son los fundamentos de las malas acciones. Rechazamos estas ideas, pero si hubiesen hallado un eco favorable en nuestras circunstancias o si otros sentimientos, como el amor, la piedad o la fraternidad, no hubiesen contrarrestado estas chispas de pensamientos egoístas y brutales, habrían acabado llevándonos a una mala acción. En suma, las causas fisiológicas juegan un papel importante en arrastrar a los hombres a la cárcel, pero no son las causas de la «criminalidad» propiamente dicha. Estas afecciones de la mente, el sistema cerebro- espinal, etc., podemos verlas en estado incipiente en todos nosotros. La inmensa mayoría padecemos alguno de esos males. Pero no llevan a la persona a cometer un acto antisocial a menos que circunstancias externas les den una inclinación mórbida.
Causas sociales.
Si las causas físicas tienen tan vigorosa influencia en nuestras acciones, si nuestra fisiología es tan a menudo causa de los actos antisociales que cometemos, ¡cuanto más poderosas son las causas sociales! Las mentes más avanzadas e inteligentes de nuestra época proclaman que es la sociedad en su conjunto la responsable de los actos antisociales que se cometen en ella. Igual que participamos de la gloria de nuestros héroes y genios, compartimos los actos de nuestros asesinos.
Nosotros les hicimos lo que son, a unos y otros.
Año tras año crecen miles de niños en medio de la basura moral y material de nuestras grandes ciudades, entre una población desmoralizada por una vida mísera. Estos niños no conocen un verdadero hogar. Su casa es una choza mugrienta hoy y las calles mañana.
Crecen sin salida decente para sus jóvenes energías. Cuando vemos a la población infantil de las grandes ciudades crecer de ese modo, no podemos evitar asombrarnos de que tan pocos de ellos se conviertan en salteadores de caminos y en asesinos. Lo que me sorprende es la profundidad de los sentimientos sociales entre el género humano, la cálida fraternidad que se desarrolla hasta en los barrios peores. Sin ella, el número de los que declarasen guerra abierta a la sociedad sería aun mayor. Sin esta amistad, esta aversión a la violencia no quedaría en pie ninguno de nuestros suntuosos palacios urbanos.
Y al otro lado de la escala, ¿qué ve el niño que crece en las calles? Lujo, estúpido e insensato, tiendas elegantes, material de lectura dedicado a exhibir la riqueza, ese culto al dinero que crea la sed de riqueza, el deseo de vivir a expensas de otros. El lema es:
«Hazte rico. Destruye cuanto se interponga en tu camino y hazlo por cualquier medio, salvo los que puedan llevarte a la cárcel». Se desprecia hasta tal punto el trabajo manual, que nuestras clases dominantes prefieren dedicarse a la gimnasia que manejar la sierra o la azada. Una mano callosa se considera signo de inferioridad y un vestido de seda, de superioridad.
La sociedad misma crea diariamente estos individuos incapaces de llevar una vida de trabajo honesto y llenos de impulsos antisociales. Les glorifica cuando sus delitos se ven coronados del éxito financiero. Les envía a la cárcel cuando no tiene «éxito». No servirán ya de nada cárceles, verdugos y jueces cuando la revolución social haya cambiado por completo las relaciones entre capital y trabajo, cuando no haya ociosos, cuando todos puedan trabajar según su inclinación por el bien común, cuando se enseñé a todos los niños a trabajar con sus propias manos al mismo tiempo que su inteligencia y su espíritu, al ser cultivados adecuadamente, alcanzan un desarrollo normal.
El hombre es resultado del medio en que se cría y en que pasa su vida. Si se le acostumbra a trabajar desde la niñez, a considerarse parte del conjunto social, a comprender que no puede hacer daño a otros sin sentir al fin él mismo las consecuencias, habrá pocas infracciones de las leyes morales. Las dos terceras partes de los actos que hoy se condenan cómo delitos, son actos contra la propiedad.
Desaparecerán con la propiedad privada. En cuanto a los actos de violencia contra las personas, disminuyen ya proporcionalmente al aumento del sentido social y desaparecerán cuando ataquemos las causas en vez de los efectos.
11. ¿Cómo curar a los infractores?
Hasta hoy, las instituciones penales, tan caras a los abogados, han sido un compromiso entre la idea bíblica de venganza, la creencia medieval en el dominio, la idea del poder del terror de los abogados modernos y la de la prevención del crimen por medio del castigo.
No deben construirse manicomios para subsistir a las cárceles. Nada más lejos de mi pensamiento, que idea tan execrable. El manicomio es siempre cárcel. Lejos también de mi pensamiento esa idea, que los filántropos airean de cuando en cuando, de que debe ponerse la cárcel en manos de médicos y maestros. Lo que los presos no han hallado hoy en la sociedad es una mano auxiliadora, sencilla y amistosa, que les ayude desde la niñez a desarrollar las facultades superiores de su inteligencia y su espíritu; facultades estas cuyo desarrollo natural han obstaculizado o un defecto orgánico o las malas condiciones sociales a que somete la propia sociedad a millones de seres humanos. Pero si carecen de la posibilidad de elegir sus acciones, los individuos privados de su libertad no pueden ejercitar estas libertades superiores de la inteligencia y el corazón.
La cárcel de los médicos, el manicomio, sería mucho peor que nuestras cárceles presentes. Sólo dos correctivos pueden aplicarse a esas enfermedades del organismo humano que conducen al llamado delito: fraternidad humana y libertad. No hay duda de que en toda sociedad, por muy bien organizada que esté, aparecerán individuos que se dejen arrastrar fácilmente por las pasiones y que pueden cometer de cuando en cuando hechos antisociales.
Pero para impedir esto es necesario dar a sus pasiones una dirección sana, otra salida.
Vivimos hoy demasiado aislados. La propiedad privada nos ha llevado al individualismo egoísta en todas nuestras relaciones mutuas. Nos conocemos muy poco unos a otros; los puntos de contacto son demasiado escasos. Pero hemos visto en la historia ejemplos de vida comunal mucho más integrada: la «familia compuesta» en China, las comunas agrarias, por ejemplo.
Estas gentes si se conocen entre sí. Las circunstancias las fuerzan a ayudarse recíprocamente en un sentido material y moral. La vida familiar, basada en la comunidad primigenia, ha desaparecido. Ocupará su lugar una nueva familia, basada en la comunidad de aspiraciones. En esta familia, los individuos se verán forzados a conocerse mutuamente, a ayudarse entre sí y a apoyarse unos en otros moralmente en toda ocasión. Y esta colaboración mutua impedirá el gran número de actos antisociales que vemos hoy.
Se dirá, sin embargo, que habrá siempre algunos individuos, los enfermos, si queréis llamarles así, que serán un peligro para la sociedad. ¿No será necesario, pues, liberarnos de ellos, o impedir al menos que hagan daño a otros? Ninguna sociedad, por muy poco inteligente que sea, necesitará recurrir a una solución tan absurda, y ello tiene un motivo. Antiguamente se consideraba a los locos posesos de demonios y se les trataba en consecuencia.
Les mantenían presos en sitios como establos, encadenados a la pared como animales peligrosos. Luego Pinel, hombre de la gran revolución se atrevió a eliminar aquellas cadenas y probó a tratarles como hermanos. «Te devorarán», gritaron los guardianes. Pero Pinel no tuvo miedo. Aquellos a quienes se consideraba bestias salvajes se reunieron alrededor de Pinel y demostraron con su actitud que él tenía razón al creer en el mejor aspecto de la naturaleza humana, aun cuando la enfermedad nublase la inteligencia. Y ganó la causa. Se dejo de encadenar a los locos.
Luego, los campesinos del pueblecito belga de Gheel encontraron algo mejor. Dijeron:
«Mandadnos vuestros locos. Nosotros les daremos libertad total». Les adoptaron en sus familias, les dieron un sitio en sus mesas, oportunidad de cultivar con ellos sus campos y un puesto entre sus jóvenes en bailes y fiestas. «Comed, bebed y bailad con nosotros. Trabajad y corred por el campo y sed libres.» Este era el sistema, esta era toda la ciencia que sabían los campesinos belgas. (Hablo de los primeros tiempos. Hoy el tratamiento de los locos en Gheel se ha convertido en profesión y, siendo profesión y persiguiendo el lucro, ¿qué significado puede poseer?) Y la libertad obró un milagro. Los locos se curaron. Incluso los que tenían lesiones orgánicas incurables se convirtieron en miembros dóciles y tratables de la familia, como el resto. La mente enferma podía seguir trabajando de un modo anormal pero el corazón estaba en su sitio. Se proclamó el hecho como un milagro. Se atribuyeron estos notables cambios a la acción milagrosa de santos y vírgenes. Pero la virgen era la libertad y el santo, trabajo en el campo y trato fraternal. En uno de los extremos del inmenso «espacio que media entre enfermedad mental y delito» del que Maudsley habla, la libertad y el trato fraternal obraron su milagro.
También lo obrarán por el otro extremo.
12. Conclusión.
La cárcel no impide que se produzcan actos antisociales. Multiplica su número. No mejora a los que pasan tras sus muros. Por mucho que se reforme, las cárceles seguirán siendo siempre lugares de represión, medios artificiales, como los monasterios, que harán al preso cada vez menos apto para vivir en comunidad. No logran sus fines.
Degradan la sociedad. Deben desaparecer. Son supervivencia de barbarie mezclada con filantropía jesuítica.
El primer deber del revolucionario será abolir las cárceles: esos monumentos de la hipocresía humana y de la cobardía. No hay porque temer actos antisociales en un mundo de iguales, entre gente libre, con una educación sana y el hábito de la ayuda mutua. La mayoría de estos actos ya no tendrían razón de ser. Los restantes serían sofocados en origen.
En cuanto a aquellos individuos de malas tendencias que nos legará la sociedad actual tras la revolución, será tarea nuestra impedir que ejerciten tales tendencias. Esto se logrará ya muy eficazmente mediante la solidaridad de todos los miembros de la comunidad contra tales agresores. Si no lo lográsemos en todos los casos, el único correctivo práctico seguiría siendo tratamiento fraternal y apoyo moral.
No es esto una utopía. Se ha hecho ya con individuos aislados y se convertirá en práctica general. Y estos medios serán mucho más poderosos para proteger a la sociedad de actos antisociales que el sistema actual de castigo que es fuente constante de nuevos delitos.

domingo, 18 de noviembre de 2012

¿Qué sabes de los lideres israelíes?


Chaim Weizman, (1874-1952) Nacido en Motol, Rusia, se nacionalizo británico en 1910. Durante la Primera Guerra Mundial, Weizman descubrió un método no-aprobado de hacer explosivos a partir0 de sustancias como la acetona y alcohol butílico para ayudar en los esfuerzos bélicos británicos. Por eso, era muy instrumental en la seguridad del gobierno británico y su compromiso con el sionismo que posteriormente se transformó en la llamada "Promesa de Balfour" (que le fue certificada a Weizman a través de una carta). También sirvió como consejero especial para el Ministerio Británico de Suministros. Por sus esfuerzos en favor del proyecto sionista, fue galardonado con ser el primero de los primer ministros de "Israel".
David Ben Gurion nacido como David Green en Polonia, Rusia ( ahora Rusia). Se asentó en Palestina en 1906. Como jefe de la Agencia Judía para Palestina desde 1935 a 1948, Ben Gurion direccionó todos los asuntos judíos a transformar el país, de uno multi-étnico/multi-cultural a un estado exclusivamente judío " para perpetuar su naturaleza judía". Sus actividades oscilaron entre el desarrollo de tierras y asentamiento de los inmigrantes judíos a actividades secretas contra los nativos palestinos y posteriormente (después de la revolución palestina del 1936 se rebeló contra los gobernantes británicos ). He aquí un comentario de las Memorias de Rabin sobre Ben Gurion: " Caminabamos juntos al aire libre, Ben Gurion nos acompañaba. Allon repitió su pregunta, ¿Qué debemos hacer con la población palestina? Ben Gurion movió sus manos en un gesto que quiso decir ' expulsarles fuera' " (Memorias de Ytzhak Rabin, versión censurada, publicada en el NY Times, el 23 de Octubre de 1979; la Descripción de Rabin sobre la conquista de Lydda, después de la conclusión del Plan Dalet).
Moshe Sharett, (1894-1965), nació en Rusia, su nombre original era Shertok. En 1906 se asentó en Palestina donde fue activo en el Movimiento Laborista. En 1933 fue nombrado jefe del departamento político de la Agencia judía en Palestina. Sharett fue el más cercano a Ben Gurion en su "lucha por la independencia del estado judío". En 1948 fue nombrado ministro de asuntos exteriores y desde el año 1953 al 1955 servio como primer ministro. Sharett vio el fortalecimiento de la posición israelí a través de la alianza mas que a través de la confrontación. Su emplazamiento como premier por Ben Gurion en 1955 y retirada en 1956, reflejó el movimiento en "Israel" hacia la confrontación que resultó con la Guerra árabe-israelí en 1956.
Levi Eshkol (1895-1969) Nacido como Levi Shkolnik en Ucrania (luego bajo control ruso). En la Primera Guerra Mundial, servio en la legión judía, que apoyó a las fuerzas británicas en Palestina. Se trasladó a Palestina y ayudó en la construcción de la Hagana, un grupo terrorista judío clandestino que protagonizó la limpieza étnica de los nativos palestinos entre 1947-1949.
Golda Meir (1898-1978) Nacida como Golda Mabovitz en Kiev, Ucrania. Su familia emigró a Milwauki en 1906. En 1921, junto con su marido Morris Meyerson (el nombre fue cambiado a Meir en 1956), se trasladaron y asentaron en Palestina. Declaró: "no existe un pueblo palestino". Sus acuerdos secretos con el Rey Abdullah (de Transjordania) en 1947 fueron cruciales en frustrar la formación del Estado Palestino y el control Hashemita sobre lo que actualmente se conoce como "Ribera Occidental (o Cisjordania)" (ver Avi Shalim en " La Colisión a través del Jordán").
Menahem Begin Nacido en Brest-Litovsk, Rusia (ahora Brest, Bielorrusia). En 1930, se convirtió en un miembro activo del movimiento sionista clandestino terrorista y se trasladó a Palestina en 1942 donde se involucró en actos terroristas como atentados en las zonas de civiles palestinas. Buscado por asesinatos por el gobierno británico, por estas actividades, llamó los palestinos como "cucarachas".
Ytzhak Shamir Nacido en 1915 en Ruzinoy, un pueblecito del Este de Polonia. Su apellido era Jazwernicki y lo cambió. Se alistó en el Irgún Zvai Leumi, un grupo terrorista judío clandestino en 1937, fue involucrado en varios atentados terroristas contra civiles. En 1940 Shamir se juntó con el partido extremista Lohamei Herut Yisrael, o Stern Gang. Fue detenido dos veces por las autoridades británicas por sus actividades terroristas y huyó a Francia en 1946. Cuando fue creado Israel, volvió y trabajó en la Mossad, Agencia israelí de información responsable de la continuación del terrorismo contra los nativos palestinos.
Ytzhak Rabin (1922-1995) nacido en Jerusalén de padres colonos sionistas. En 1941, Rabin se alistó en Palmaj, una unidad del ejercito terrorista clandestino judío en 1947 a 1948 cuando el grupo fue involucrado en operaciones de limpieza étnica de los habitantes palestinos (según Benni Morris que documentó la expulsión de los ciudadanos palestinos en Lod y Ramle, fueron llevados a cabo bajo el mando de Rabin). Famoso como ministro de Defensa israelí en los finales los ´80 por " romper huesos" de los manifestantes palestinos (la mayoría niños). Rabin dijo una vez " El proceso de paz de Oslo, es un nuevo instrumento para obtener los objetivos tradicionales de Israel. Henry Kissinger dijo " Le pedí a Rabin para que haga concesiones, y me respondió que no puede porque Israel es demasiado débil. Entonces le di armas, y volvió a contestarme, que no tenía que hacer concesiones porque Israel ahora es fuerte (del Findley's Deliberate Deceptions p. 199). Ytzhak Rabin dijo una vez (en el Knesset ): " Con todos sus errores, el partido laborista hizo mas y sigue siendo capaz de hacer más. Nosotros nunca hemos hablado sobre Jerusalén. Nosotros sólo hemos hecho 'fait accompli' . Fuimos nosotros que hablamos de Jerusalén [ la parte anexionada ]. Los americanos no dijeron nada, porque hemos construido estos barrios de forma inteligente".
Ehud Barak, Nacido como Ehud Borg, hijo de inmigrantes de Europa del Este en Palestina. Posteriormente adoptó el nombre hebreo de Barak. Comenzó su entrenamiento y servicio militar en 1959. Fue miembro de una unidad de asesinatos secretos que asesinó a un numero de lideres políticos palestinos en el Líbano ( por ejemplo Beirut 1976 ) y el asesinato de lideres de la resistencia en los territorios ocupados. Fue recompensado con su ascenso rápido en el ejercito como el jefe del ejercito mas joven de la historia israelí.
Ariel Sharon, su nombre real Arik Scheinerman, Nacido en Palestina durante la ocupación Británica en 1929, de padres inmigrantes rusos colonos sionistas en Palestina. En 1953, organizó la infame "Unidad 101" repartiendo el terror a lo largo de las fronteras de Palestina, aterrorizando a las poblaciones civiles palestinas para obligarles a huir de sus hogares y tierras cercanas a las fronteras. El 14 de Octubre de 1953, Sharon y su unidad cometieron una masacre en la aldea de Qibya ( entonces bajo dirección jordana ). Ben Gurion mintió cuando dijo que la masacre fue cometida por enfurecidos granjeros judíos ( como se demostró con los documentos posteriormente). 69 civiles palestinos fueron asesinados( la mayoría mujeres y niños ). Sus tropas, a principios de los años ´70 fueron encargadas de "pacificar Gaza". Impuso una brutal política de represión, dinamitando hogares y derribando campos de refugiados enteros, imponiendo severos castigos colectivos y encarcelando a cientos de ciudadanos palestinos. Toda la zona fue transformada en una prisión. Fue el impulsor del proyecto de los asentamientos, en la fundación del partido extremista Likud y un numero indeterminado de "logros". Fue el arquitecto de la invasión del Líbano. Sus financiados y armados mercenarios de la falange, bajo sus ordenes cometieron las masacre de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila. Siendo actualmente investigado y demandado por Crímenes contra la Humanidad. Sus crímenes continúan hasta nuestros días.
Shimon Peres, su verdadero nombre Shimon Perski, nacio en 1923 en Vishnia, Polonia (ahora Bielorrusia). Junto con sus padres, vino a Palestina en 1934 (bajo Mandato británico). Se alistó en el grupo terrorista clandestino judío Hagana y servió como Jefe de sus recursos humanos en 1940. Fue el arquitecto del programa nuclear israelí. Nombrado en 1953 como Director General del Ministro de Defensa, inmediatamente comenzó a explorar el desarrollo nuclear. En los años ´50 y finales de los ´60 Israel desarrolló su programa nuclear primario con la ayuda de Francia, manteniendo la doctrina "ambigua" de Peres. Los EEUU y GB entre otros países, miraron hacia otro lado. Fue galardonado con el Premio Nóbel de la Paz por los acuerdos de Oslo. El Comité Nóbel recientemente firmó una carta cuestionando por haberlo premiado con el Nóbel de la Paz (basándose sobre sus recientes acciones como miembro del gobierno de Sharon).
* El Prof. Mazin Qumsiyeh es un científico genético palestino de la Univerasidad de Yale, EEUU y co-fundador de la Coalición Palestina Derecho al retorno, Al-Awda.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿En qué paises es legal la marihuana?



En la siguiente volada que nos fuimos, repasamos algunas consideraciones acerca del status legal del cannabis alrrededor del mundo. Si alguna vez haz tenido dudas acerca de este tema, pues te hará bien saber que primero que todo en ningún país del mundo el cannabis está legalizado (cuac), sin embargo, hay paises que ni siquiera se pronuncian respecto a la legalidad de la marihuana simplemente por considerarla “tradicional”.
En  países del mundo, el consumo del cannabis comenzó a prohibirse cuando este producto fue clasificado -junto con otras drogas- como una sustancia peligrosa, durante la Convención Internacional del Opio en Ginebra (1925).
Actualmente, las legislaciones vigentes acerca del consumo de cannabis varían sustancialmente dependiendo del país y del tipo de gobierno que se encuentra vigente.
En Tailandia y China, por ejemplo, se puede condenar a muerte a quien comercie con cannabis. En sociedades muy conservadoras como Polonia, Austria y Japón, incluso el consumo puede ser castigado hasta con 5 años de prisión con trabajos forzados.
En casi todos los países del mundo, el cannabis es una sustancia ilegal, pero se comercia y consume, de manera clandestina, por mucha gente.
Llama la atención el caso de países como India, Pakistán e Irán, donde el cannabis se considera un producto tradicional y su utilización está autorizada exclusivamente para fines religiosos.
En la República Checa los ciudadanos pueden consumir, poseer e incluso cultivar el cannabis para su uso personal. En Holanda es legal consumirlo, puede comprarse y consumirse legalmente en los coffeeshops, pero no existen reglamentos que permitan a estos establecimientos comprar el cannabis legalmente, ya que en este país está prohibido sembrarlo.
En algunas naciones como Argentina, México, Australia o Colombia es legal poseer una dosis personal pero, contradictoriamente, adquirirla y comerciarla sigue siendo penalizado. En México, en el año 2008, se lanzó una propuesta para legalizar el consumo del cannabis entre los mayores de edad, que incluso planteaba legalizar su venta.
En algunos países como Canadá ya existen leyes que permiten el uso medicinal del canabbis. En ese sentido, ha llegado a pensarse que una buena parte de los intereses que no permiten la legalización de esta sustancia, corresponden a la industria farmacéutica, ya que el cannabis es capaz de proveer sustancias altamente benéficas para quienes padecen enfermedades tan graves como el cáncer o SIDA a muy bajo costo.
¿Una droga “blanda”?
Muchos expertos han venido señalando, desde hace varias décadas, que la única razón verdadera por la que el cannabissigue siendo ilegal es porque la prohibición dispara su precio. Y no sería extraño si se considera que, en la actualidad, la venta de drogas constituye más del 8% de todo el comercio que existe en el mundo, con ganancias superiores a los 400 mil millones de dólares anuales.
En los Estados Unidos se ha creado la “Marijuana Policy Project”, una organización que recibe millones de dólares en donativos para financiar su activismo que clama por la idea de legalizar el cannabis, ya que ésta está catalogada como “droga blanda”, debido a que sus efectos son sustancialmente menores a los de otras drogas.
Para el “Marijuana Policy Project”, los consumidores de este estupefaciente suave se ponen en riesgo cuando tienen que acudir al mercado negro, donde se venden las llamadas drogas duras como heroína y cocaína.
En el mundo actual, cualquier clase de desinformación lleva a la polarización. Y en este momento terrible, donde nuestro país está completamente trastornado por el problema de las drogas, podrían promoverse leyes novedosas donde se permita que nuestra sociedad aprenda a convivir con el cannabis, tal y como lo ha hecho con otras sustancias como el alcohol o el tabaco.
Muchos expertos en la materia señalan que no son el alcohol, los cigarros o el cannabis los que por sí solos pueden dañar a nuestros jóvenes, tanto como la desorientación y el abandono por parte de sus padres.

lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Qué es el anarcosindicalismo?



El anarcosindicalismo es una corriente de pensamiento que aparece a finales del siglo XIX y principios del XX. Tiene como características fundamentales:

- La intención de agrupar al mundo del trabajo para la defensa de sus interes inmediatos, y obtener mejoras en su calidad de vida. Para ello forma sindicatos.

- La creación de una estructura en la que la que no hay dirigentes ni poder ejecutivo.

- El deseo de transformación radical de la sociedad, transformación a la que se llega por medio de la Revolución Social. Sin finalidad transformadora no existe el anarcosindicalismo.

Otro nombre que recibe el anarcosindicalismo, es el de sindicalismo revolucionario.

¿En qué se diferencia de otros sindicatos y movimientos sociales?

El anarcosindicalismo tiene el convencimiento de que las causas de la desigualdad social y la injusticia, se basan en el poder, en el principio de autoridad, que hace que una minoría mande, dispongan de la riqueza que genera la sociedad y mantenga sus privilegios por medio de la violencia, y la mayoría obedezca, no tenga más que lo puesto para subsistir y sufra la violencia de este grupo minoritario.

En consecuencia, el anarcosindicalismo, para eliminar la injusticia se opone al principio de autoridad, a la decisión de las élites y a la representación máxima del poder: El Estado.

Frente a la Organización jerárquica y autoritaria del estado-capital, y de su aparato represivo, el anarcosindicalismo opone su No-Organización. Esta supone un proceso, en el que las decisiones se toman desde la base, en el que la gente participa, en el que no hay liderazgo (o está muy limitado), no hay represión y existe plena libertad e igualdad en el intercambio de ideas, opiniones e iniciativas. El anarcosindicalismo procura parecerse lo menos posible al Estado-Capital. Es pues la más anti-organización del modelo organizativo existente en nuestros días: El autoritario.

Ya sea por la espada, la recompensa o la religión, muchas fueron las jefaturas que sintieron la llamada, pero pocas las que lograron la transición hacia el estado. Antes que obedecer las órdenes de trabajar y pagar tributos, las gentes del común intentaban huir a tierras de nadie o territorios sin explorar. Otros se resistían e intentaban luchar contra la milicia. La mayoría de las jefaturas que intentaron imponer sobre una clase plebeya cuotas agrarias,impuestos, prestaciones de trabajo personal y otras formas de redistribución coercitivas, volvieron a formas más igualitarias o fueron totalmente destruídas. ¿Por qué unas triunfaron mientras otras fracasaron? Los primeros estados evolucionaron a partir de jefaturas, pero no todas las jefaturas pudieron evolucionar hasta convertirse en estados. Para que pudiera darse la transición tenían que darse dos condiciones: La población no sólo tenía que ser numerosa (de 10.000 a 30.000 personas), sino que también tenía que estar circunscrita, es decir, estar confrontada a una falta de tierras a las que pudiera huir la gente que no quería soportar reclutamientos, impuestos y órdenes.

jueves, 25 de octubre de 2012

Funeral de Piotr Kropotkin [Filmación, 1921]

Piotr Kropotkin falleció un 8 de febrero en 1921, en Dimitrov, un pequeño pueblo al norte de Moscú. Por aquel entonces tenía 78 años y había dedicado sus últimos años a escribir el libro “Ética: origen y evolución de la moral”, del cual alcanzó a redactar el primer tomo antes de que fuera aquejado por la neumonía que lo llevó a la muerte.
A pesar de esto, su cuerpo fue llevado al cementerio recién el 13 de febrero. Esto, porque los familiares y amigos de Kropoktin se negaron a que el gobierno bolchevique realizara un funeral de Estado, organizando, en cambio, una comisión de anarquistas que se encargarían de las exequias. De este modo, el cuerpo de Kropotkin estuvo dos días en Dimitrov, en su casa. Luego, el 10 de febrero, se trasladó el féretro a Moscú en un tren que llevaba banderas negras con leyendas de Piotr. Allí, se instaló el velorio en la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos, colocando afuera un gran lienzo negro que denunciaba al gobierno bolchevique por su negativa para liberar a los presos anarquistas, tal como había deseado Kropotkin.
El cuerpo estuvo expuesto dos días, durante los cuales estuvieron presentes figuras como Emma Goldman y Alexander Berkman. De tal modo que la mañana del 13 de febrero se realizó el sepelio, contando con la presencia de los presos anarquistas, quienes recibieron el permiso para estar presentes a condición de volver en la tarde a la prisión.
El camino hacia el cementerio, que contó con una gran presencia de gente, tuvo dos paradas: la primera fue en el Museo León Tolstoi (donde se tocó la marcha fúnebre de Chopin) y la segunda en la cárcel Butyrki (desde la cual los presos se manifestaron golpeando los barrotes).
Una vez en el cementerio, hubo diversas intervenciones de organiza-ciones sociales, entre las cuales se pronunció Emma Goldman. Luego, se procedió al entierro: al final de todo, el funeral de Kropotkin fue una manifestación, quizás la última manifestación anarquista en el gobierno bolchevique, antes de que se agudizaran las prisiones, las expulsiones y los campos de concentración.
Entre la diversa documentación que existe, hay un interesante álbum fotográfico bilingüe (inglés-alemán), publicado en Berlín el año 1922, y que cuenta con textos de Maximoff y Rudolf Rocker. En dicho álbum, se puede observar desde la pequeña casa de Dimitrov, el viaje en tren a Moscú junto al féretro, los lienzos negros, los discursos durante el entierro.
Asimismo, existe otro documento, casi inédito y, según nuestro parecer, de gran valor. Se trata de una filmación de 11 minutos que documenta todo el proceso del funeral. Es una filmación muda, con intertítulos que van describiendo las diversas escenas, escenas en las cuales podemos ver desde el cuerpo de Kropotkin, hasta la expresión muda de Emma Goldman y Alexander Berkman al observar el féretro abierto del geógrafo ruso.
Es, sencillamente, un documento valiosísimo que ha sido poco difundido entre las y los interesados. Desconocemos el autor de la filmación, la historia de la cinta, mas sabemos que es una parte fundamental tanto de la historia del anarquismo como de su filmografía dentro del cine mudo. Hoy, a más de 91 años de la muerte de Kropotkin, presentamos esta filmación en nuestro canal “La Cigarra Libertaria TV”, para compartir con todos y todas, éste valioso documento.


Por último: ¿Una breve lectura recomendada? Sí, “El Funeral de Kropotkin”, publicado en el sitio web de la CNT de Madrid. Allí cuentan que Kropoktin pidió que no cantaran  “La Internacional” durante su funeral, ya que parecía que sonaba  «los aullidos de perros famélicos». 

lunes, 22 de octubre de 2012

Sionismo y terrorismo: un recordatorio incómodo

Documentos de Inteligencia británicos recientemente desclasificados revelaron una conspiración de grupos terroristas judíos en 1946-1947 para asesinar al entonces canciller británico Ernest Bevin y bombardear Londres. Los documentos recuerdan el importante papel del terrorismo en la creación del Estado de Israel.

Mientras Israel intensificaba su campaña para aislar a Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica) calificándolo de organización “terrorista”, recibió un embarazoso recordatorio sobre los vínculos pasados del sionismo con el terrorismo.
La reciente desclasificación de archivos del Servicio de Seguridad británico (MI5) reveló que en 1946, el MI5 había advertido al entonces primer ministro Clement Attlee que terroristas judíos planeaban asesinar al canciller Ernest Bevin como parte de una campaña de atentados con bombas en suelo británico. La campaña terrorista planificada finalmente quedó limitada a una serie de cartas-bomba. En 1947, unas veinte de esas cartas fueron enviadas a figuras prominentes en Gran Bretaña, incluidos Bevin y su predecesor conservador, Sir Anthony Eden.
Los documentos también revelaron una conspiración del rabino sionista estadounidense Baruch Korif para bombardear Londres desde el aire, plan que aparentemente fue desbaratado por el MI5, mediante una serie de arrestos en París.
Sin embargo, las advertencias se concentraron en las actividades de los dos principales grupos terroristas sionistas, Irgún y la banda Stern.
En su advertencia, James Robertson, jefe de la Sección de Medio Oriente del MI5, reveló que su agente en Jerusalén había recibido información de que “los grupos Irgún y Stern habían decidido enviar cinco células a Londres” y que habían “entrenado a miembros selectos para asesinar a una destacada personalidad británica”. “Varias veces se hizo especial referencia al señor Bevin”, agregó.

“Ataques preventivos”

Irgún fue fundado en 1937 como respuesta a la revuelta palestina que estalló en 1929, después que los británicos rechazaran demandas árabes de independencia plena y reafirmaran su compromiso con la creación de una patria judía en Palestina. La revuelta no solo fue contra los británicos sino también contra los asentamientos judíos, que crecían aprisa como resultado de ese compromiso.
Irgún justificó su política de atentados contra la población árabe con el argumento de que eran “ataques preventivos”. Los métodos utilizados introdujeron, según el historiador israelí Benny Morris, “una nueva dimensión al conflicto”.
Morris explica: “Antes, algunos árabes (y con menos frecuencia, y generalmente en represalia, judíos) disparaban contra automóviles y peatones y ocasionalmente colocaban alguna granada que mataba o hería a algunos transeúntes o pasajeros. Entonces, por primera vez, se colocaron bombas en forma masiva en centros árabes atestados, y decenas de personas fueron asesinadas o mutiladas indiscriminadamente. Esta innovación pronto encontró imitadores árabes y se transformó en algo así como una tradición. Durante las décadas siguientes, las ferias callejeras, paradas de autobús, cines y otros edificios públicos de Palestina (y después, de Israel) se transformaron en blancos cotidianos, lo que dio un cariz brutal al conflicto” .
Entre los primeros miembros y líderes de Irgún se cuentan Avraham Stern, quien se destacaría en la historia del terrorismo israelí, y Yitzhak Shamir, futuro primer ministro de Israel.
En 1939, Irgún se volvió contra Gran Bretaña tras la publicación de un proyecto de ley gubernamental que proponía la limitación de la inmigración judía en Palestina. Así, el terrorismo que hasta entonces se había dirigido contra los árabes se extendió a las autoridades coloniales.
Sin embargo, en 1940 los líderes de la organización terrorista decidieron suspender su campaña contra los británicos para no debilitar el frente aliado contra la Alemania nazi. Esta decisión provocó un cisma en Irgún, cuyos miembros más radicales, encabezados por Stern y Shamir, formaron una organización terrorista rival llamada LEHI. Esta organización, mejor conocida como “la banda Stern”, continuó sin alteraciones su campaña de terror.

La conexión nazi

Al año siguiente, Stern estableció contacto con los nazis y propuso un pacto con Alemania contra Gran Bretaña. En su memorando a los nazis, afirmó que había “intereses comunes entre los diseñadores del Nuevo Orden en Europa [es decir, los nazis] y las aspiraciones nacionalistas del pueblo judío”.
El interés común era “la solución de la cuestión judía a través de la evacuación”. La banda Stern manifestó su pleno acuerdo con la opinión de los nazis de que “la evacuación de masas judías de Europa” era una “precondición para la solución de la cuestión judía”. Sin embargo, afirmó que “esto solo puede realizarse y completarse mediante el asentamiento de estas masas en la patria del pueblo judío, Palestina, y mediante la creación de un Estado judío dentro de sus fronteras históricas”. Por lo tanto, la banda se ofreció a “cooperar en la guerra del lado de Alemania” sobre esa base .
No está claro cuál fue la respuesta de los nazis a este ofrecimiento, pero la ofensiva terrorista de Stern no cesó. En noviembre de 1944, el grupo asesinó a Lord Moynes, ministro de Gran Bretaña para Medio Oriente, el funcionario británico de más alto rango en la región.

Colaboración en el terror

Tras la guerra, Irgún se sumó a la campaña de terror. El grupo había reanudado sus operaciones bajo el nuevo liderazgo de Menachem Begin (otro futuro primer ministro de Israel). En julio de 1946, Irgún voló el hotel Rey David de Jerusalén, sede de la administración militar y civil británica. El atentado mató a noventa y una personas, entre ellas británicos, árabes y judíos.
Pese a sus diferencias y rivalidad, Irgún y Stern no eran reacios a cooperar mutuamente en sus campañas de terror. La más infame de esas campañas conjuntas fue el ataque del 9 de abril de 1948 contra la aldea palestina de Deir Yassin. Tras matar a los residentes que huían de una casa a otra, los comandos de ambos grupos rodearon a los habitantes que quedaban y los masacraron a sangre fría. Más de cien niños, mujeres y ancianos murieron de esa manera.
Un antiguo comando de la banda Stern recordó: “Algunas personas fueron asesinadas de la manera más brutal. Un israelí tomó un pedazo de explosivo con un cable de quince segundos, lo adhirió a la cabeza de un anciano árabe, lo encendió y le ordenó al hombre que caminara. Diez pasos después, le explotó la cabeza. ¿Por qué hicieron esto? No soy psiquiatra, pero estaban frustrados. Querían pelear por Jerusalén” .
En 1982, el profesor Zvi Ankori, quien había comandado la fuerza que posteriormente ocupó la aldea, dijo a un grupo de veteranos de Irgún que volvieron a la escena de su crimen para conmemorar sus actividades allí: “Entré a seis o siete casas. Vi genitales mutilados y vientres de mujeres aplastados. A juzgar por las marcas de las balas en los cuerpos, fueron asesinatos” .
Esta atrocidad, que tuvo lugar a la vista del monumento conmemorativo de Yad Vashem al holocausto judío, tendría un efecto decisivo sobre el futuro de los palestinos. Fue el terror desatado en Deir Yassin el que provocó (y se proponía provocar) el éxodo palestino y el problema de los refugiados palestinos. “Este solo acontecimiento es uno de los más importantes de la historia palestina e israelí del siglo XX, no solo por sus dimensiones y brutalidad, sino porque marcó el inicio de la despoblación de más de cuatrocientas aldeas y ciudades árabes y la expulsión de más de 700.000 habitantes palestinos para dar lugar a las víctimas del holocausto y a otros judíos del resto del mundo” .
Aunque este acto de terror no acaparó titulares en la prensa internacional, el asesinato por Stern del conde Folke Bernadotte, un mediador designado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sacudió al mundo cinco meses después.
Designado por el Consejo de Seguridad de la ONU en mayo de 1948 para negociar una tregua entre fuerzas árabes e israelíes y trabajar por un acuerdo de paz, Bernadotte había salvado a miles de prisioneros judíos de campos de concentración nazi en 1945, cuando era presidente de la Cruz Roja sueca. Pero eso no lo salvó de la sentencia de muerte de Stern.
Su crimen fue sugerir, en el curso de su mediación, que Jerusalén debía ser incluido “como territorio árabe, con autonomía municipal para la comunidad judía”. Esto hizo que los sionistas lo acusaran de agente británico, y más específicamente, “un agente de Bevin”.

La “nueva visión imperial” de Bevin

Esto nos lleva a la cuestión de por qué los sionistas odiaban al canciller británico y por qué los terroristas judíos estaban dispuestos a asesinarlo. Bevin fue acusado varias veces de proárabe y antisionista. Su supuesta simpatía proárabe solo puede entenderse en el contexto de su evaluación de los intereses imperiales británicos en el mundo de posguerra.
Cuando asumió la cancillería en 1945 tras la victoria del Partido Laborista, Bevin planteó lo que un estudioso de su papel en ese período crítico llamó “una nueva visión imperial basada en la premisa de que Gran Bretaña era a la vez una potencia mundial y una potencia con obligaciones mundiales”.
Pese al evidente declive económico de Gran Bretaña, Bevin creía que su país podía rescatar sus intereses imperiales en el cambiado y cambiante mundo de posguerra. En su opinión, era crucial que Gran Bretaña preservara sus intereses económicos y estratégicos en Medio Oriente para que siguiera siendo una potencia mundial.
En este punto, el papel de Palestina era crucial. Estaba claro que Gran Bretaña ya no podría mantener su hegemonía ni sus soldados y bases en Egipto, en vista de la creciente ola de anticolonialismo en ese país. Palestina ofrecía entonces la única alternativa. “Solo Palestina podría funcionar como base sustituta, servir como salvavidas al nuevo imperio británico ‘informal’ y funcionar como centro de la hegemonía británica en la región” .
En suma, para que Medio Oriente siguiera bajo el ámbito de influencia de Gran Bretaña, esta potencia necesitaría la cooperación y amistad de gobernantes árabes de la región. Esto significaba que Gran Bretaña no podría enemistarse con los árabes, en especial con los palestinos. Sin embargo, eso es precisamente lo que lograrían las medidas británicas tendientes a convertir a Palestina en un Estado judío. “Si los judíos lograban establecer un Estado independiente, esto amenazaría una paz duradera en Medio Oriente y por tanto arruinaría sus planes (de Bevin) de una Pax Británica basada en una serie de alianzas con países árabes” .
Esto no significa que Bevin fuera insensible a los problemas de los judíos, especialmente los desplazados por la política racista de Hitler. Sin embargo, no podía aceptar el argumento sionista de que crear un Estado judío a expensas de los árabes palestinos era toda la solución al problema. El problema de los refugiados judíos era mundial, y aunque Palestina debía abrirles sus puertas, también debían hacerlo Europa y Estados Unidos.
En este sentido, le enfureció la actitud de Estados Unidos ante el problema. El gobierno estadounidense, influido y presionado por el poderoso grupo de presión judío (y el enorme electorado judío de Nueva York), promovía la admisión de judíos en Palestina, pero no estaba dispuesto a aceptar más refugiados de esa colectividad. En un momento de exasperación, Bevin pronunció las siguientes palabras, que le valieron el odio de los sionistas de Estados Unidos: “Ha habido agitación, particularmente en Nueva York, para radicar a 100.000 judíos en Palestina. Espero que no se me malinterprete en Estados Unidos si digo que esta propuesta se debe a la más sencilla de las razones: no quieren demasiados judíos en Nueva York” .
Ahora que Estados Unidos encabeza la “guerra contra el terrorismo”, es pertinente destacar que muchos sionistas estadounidenses respaldaron “el terrorismo de Sión”. Algunos incluso declararon abiertamente su admiración por los terroristas y aplaudieron sus actos de terror.
En una “Carta a los terroristas de Palestina” publicada en The Herald Tribune de Nueva York, Ben Hecht, un famoso guionista de Hollywood, expresó: “Los judíos de Estados Unidos están con ustedes. Ustedes son sus paladines. Ustedes son su sonrisa. Ustedes son la pluma de sus sombreros. Ustedes son la primera respuesta que tiene sentido para el Nuevo Mundo. Cada vez que hacen explotar un arsenal británico, destruyen una cárcel británica, vuelan por los aires un tren británico o asaltan un banco británico, o atacan con sus armas y bombas a los traidores e invasores británicos de sus tierras, los judíos de Estados Unidos tienen una pequeña fiesta en su corazón” .
Hoy en día sería inconcebible tal glorificación del terror en las columnas de un periódico del sistema. La publicación en un diario occidental de una “Carta a Hamas” que aplaudiera su decisión de atacar “con sus armas y bombas” a los “invasores de sus tierras” no solo provocaría indignación moral, sino que haría caer sobre los autores de la carta todo el peso de la ley. El hecho es que, después del 11 de setiembre de 2001, la glorificación del terrorismo se transformó en delito en muchos países.
Los intentos por demostrar la hipocresía de la actual campaña sionista contra Hamas señalando el pasado terrorista del sionismo provocaron una respuesta previsible. En referencia a las últimas revelaciones de los archivos del MI5, Lord Bethell, autor de The Palestine Triangle, comentó: “Los sionistas se enojarían mucho si se los comparara con los terroristas de ahora... Dirían que estaban en guerra con los británicos y que se comportaron bien, de acuerdo con las reglas del marqués de Queensberry. Dirían que no atacaron a civiles” .
Sin embargo, atrocidades como la de Deir Yassin dejan en evidencia la mentira de que los civiles no eran blanco del terrorismo sionista. Aunque tales afirmaciones no resisten el menor análisis, un argumento más ingenioso dice que Irgún y Stern eran grupos marginales que no representaban de modo alguno al sionismo ni a las Fuerzas de Defensa de Israel o las Fuerzas de Defensa de Israel (y su predecesora, la banda Haganá). Se afirma que estos grupos no practicaron el terrorismo.
Lamentablemente para los sionistas, tampoco este argumento resiste el menor análisis. Es bastante claro, pese a los esfuerzos de historiadores sionistas por reescribir la historia, que por ejemplo Haganá formó parte de la decisión de hacer volar el hotel Rey David y que participó en el ataque a Deir Yassin. En ambos casos, los principales líderes de Haganá decidieron desvincularse de la carnicería cuando se volvió claro que las consecuencias políticas serían muy costosas.
Además, en los últimos años, algunos hallazgos de historiadores israelíes han confirmado lo que los palestinos sostuvieron por largo tiempo: que hubo otras masacres además de la de Deir Yassin. Benny Morris descubrió, a partir de archivos sobre las Fuerzas de Defensa de Israel desclasificados más recientemente, que en 1948 ese grupo y Haganá participaron al menos en otras veintitrés masacres. Las peores fueron las de Lod (unos doscientos cincuenta muertos), Dawayima (cientos), Saliha (setenta a ochenta) y Abu Shusha (setenta). Pero, como señala Morris, ésta no es la historia completa, porque todavía quedan por abrir la mayoría de los archivos .

“Transferencia”

En conclusión, la finalidad de esa campaña de terror no era menos censurable que el terror en sí mismo. El objetivo era la “transferencia”, un eufemismo utilizado por los sionistas en alusión al traslado de la población indígena de Palestina hacia países vecinos para dar lugar a colonos judíos. En otras palabras, se trataba de una limpieza étnica.
Es importante señalar que este concepto de “transferencia” no solo era un artículo de fe para el sector extremista del sionismo. Al contrario, “fue adoptado por casi todos los grupos de opinión, desde la derecha revisionista hasta la izquierda laborista”, observó Nur Masalha en su obra clásica sobre el concepto de transferencia. “Casi todos los padres fundadores y líderes importantes del sionismo lo apoyaban y promovían de una u otra forma” .
Fue el consenso nacional sobre la cuestión de la “transferencia” lo que hizo posible la acción concertada en la guerra de 1948 para expulsar masivamente a los palestinos de sus tierras. En suma, los principales líderes sionistas no fueron menos culpables que Irgún y Stern por la creación del Estado de Israel sobre la base del terrorismo y la limpieza étnica. Si consideramos que los líderes sionistas que perpetraron esos asesinatos y actos de violencia (incluso la matanza de mujeres y niños) nunca rindieron cuentas por ello, sino que por el contrario fueron honrados con los más altos cargos del nuevo Estado, podemos concluir que los actuales líderes israelíes actúan con hipocresía al condenar a Hamas como organización terrorista. En lugar de continuar su política de ocupación de tierras y provocar más terror y represión contra los palestinos, harían mejor en intentar un diálogo con Hamas, sin condiciones previas, por difícil que sea.