jueves, 21 de febrero de 2019

POETA DE MALA MUERTE Y MALA SUERTE. Raúl Spinoza



¿Quién soy?
¿Qué pienso? ¿Qué digo? ¿Qué hago?
¡Simplemente soy un noctámbulo y vago!
Ni siquiera soy poeta,
y si lo soy, soy de mala muerte
y para colmo con mala suerte.
Soy el que se para en las esquinas,
esperando a las mariposas de falda corta
y que a cambio de versos y versillos
recibe sus favores sucios y añejos.
Cada día que pasa,
se  me nota en mi mirada,
que  sólo soy un pobre viejo.
¡Pobre viejo!
Que persigue fantasmas en su mente,
que persigue sirenas que cantan desnudas,
que persigue a damas honorables y,
como ya dije,
a las no tanto.
Trajino las casas abandonadas
en busca de melodías entristecidas.
Hurgo en los castillos de la memoria
y extraigo el poder de la fantasía.
Sigo a Serrat y a Neruda/
y trazo en el aire y en la tierra
cruces a los poetas malditos.
Rimbaud me ilumina y me oscurece.
Badulaire me contrae y enardece.
Recojo los huesos de mis amigos,
de aquéllos que ya han partido
y construyo con ellos flautas ancestrales
y en el centro del cementerio
toco canciones fatales e inmortales,
y con la amargura,
de la edad madura
planto flores de la muerte y de la vida.
Amo a mis amigos como la indiferencia
cubre a mis enemigos,
cuya presencia destrozo con golpes bajos.
Amo el frenesí
como también te amo a ti.
Amo el amor en un cuarto arrendado por horas.
Amo a la mujer que mantiene el misterio de su flor.
Amo las locuras del poeta borracho y con aires de filósofo.
Amo a las mujeres de piernas chuecas
que doblan los tacones
y te saludan desde los balcones con una rosa en la oreja,
Pienso lo que los demás no piensan
y por eso me transformo en todo un intelectual.
Atravesaré el mundo y batallaré con guerreros sacros,
con guerreros paganos, con guerreros de todos los tiempos,
por lo que es mío y solo mío.
Moriré abandonado en un callejón
rodeado de perros tránsfugas
y mi carne será alimento de pájaros negros
que pueblan la mente de personas negras.
No sigo con esta mala historia,
pues lo sé, y es seguro, no lo dudo:
Terminaré siendo un fantasma atormentado
que vagará por la eternidad
en busca del amor perfecto,
del amor, del amor, del amor...
Por ese amor no encontrado y agobiado
por las dudas, por las mentiras,
simplemente:
¡Me he suicidado!