martes, 28 de mayo de 2013

La violencia del Estado y el derecho masivo a la desobediencia



El biólogo Humberto Maturana propone una definición de violencia, cuyo eje central es una demanda extrema de obediencia y sometimiento, sea esta realizada por medios directos o sutiles. Esta breve caracterización contiene como premisa básica, una negación de la legitimidad del otro.  Entiendo como legitimidad del otro, su derecho a desarrollarse en forma integral de acuerdo a sus propias necesidades, en armonía con el resto, desde una noción general de interdependencia y reciprocidad basada en el mutuo reconocimiento de nuestras diferencias y de que aquello que es común.
En una sociedad jerarquizada ciertos valores hegemónicos son impuestos por la fuerza y la reproducción de la cultura, mediante justificaciones que van desde lo divino hasta falsificaciones de la historia con respecto a un contrato social. Los valores impuestos tienen como objetivo, por un lado un control conductual que asegure que cualquier otra forma de pensamiento y acción sea un anatema, y el perpetuar el sostenimiento de sistemas económicos que consoliden materialmente el poder de una minoría.
Las sociedades jerarquizadas al funcionar de esta manera, cultivan como emoción básica el miedo a las consecuencias negativas de resistir, en algún grado, la imposición de estos valores dominantes, que garantizan la explotación de amplios sectores de la población. El ser humano al ser una criatura que se reconoce a sí misma en relación con los otros, en una sociedad jerarquizada constantemente asume un rol de oprimido u opresor a distintas escalas familiar, laboral, social, etc.
En definitiva es una relación en que los vínculos de solidaridad y confianza son sustituidos por protocolos de acción, implícitos o explícitos, de demanda de obediencia es decir una estructuración de la sociedad basada en la violencia, cuyo lenguaje son las leyes impuestas por la minoría en el poder y sus mucho más amplios colaboradores reproducidos por la cultura. Lo que conlleva que no puedan ser percibidas como relaciones violentas, además de que dichos comportamientos al ser absorbidos desde la niñez modifican nuestra propia fisiología en tal dirección.
En la sociedad capitalista se ha generado un discurso de aparente pluralidad y aceptación de todas las diferencias, pero como un tema meramente folclórico donde ningún modo de vida ajeno a los valores dominantes puede interrumpir en lo más mínimo el poder de la clase dominante, constituyendo una dictadura enmascarada en un relativismo cultural que golpea con tanta violencia como cualquier otro tipo de régimen totalitario.
Bajo este contexto en que las relaciones jerarquizadas son intrínsecamente violentas a nivel biológico y afectivo, cabe la pregunta si es legitimo confrontar con violencia esta estructura totalitaria que representa el estado y el capitalismo, en mi opinión, tal dilema es ficticio por la sencilla razón que toda la estructura jerarquizada es violenta en sí misma y si bien o quedamos sometidos a la violencia de otro o esta es ejercida contra otros o simplemente la volcamos contra nosotros mismos, como sucede en fenómenos psicosomáticos.
En mi opinión la pregunta relevante es como construimos un sistema social solidario y en ese sentido todas las estructuras verticales como el estado centralizado, deben ser sustituidas y superadas por estructuras de organización por libre asociación, horizontales y descentralizadas basadas en la empatía como base afectiva del apoyo mutuo. Lo que conlleva, como requisito, desmontar las bases económicas del poder también, es decir impedir la acumulación de capital en grupos económicos y la propiedad privada de bienes comunes, en síntesis que cada comunidad pueda hacerse cargo de los asuntos que son de su interés.
En todo ese escenario, las acciones de resistencia y desobediencia, frente a las leyes y valores dominantes que no han emanado de más consenso que el que imponen la mentira y el exterminio, son totalmente lógicas, en la medida en que se convierten en las tácticas que posibilitan el derecho a rebelión de los pueblos oprimidos.
Ante tales afirmaciones rápidamente se podría esgrimir la contradicción de fundar un sistema solidario desde la misma violencia que impone el estado. Sin embargo me parece que hay diferencias importantes: La violencia que impone el estado es un fenómeno sistemático, que invade toda la cotidianidad, a diferencia de la desobediencia y resistencia que es un fenómeno transitorio cuyo objetivo es la abolición de la imposición del control social. La violencia del estado mediante policías militarizadas es presentada en el discurso oficial como necesaria y deseable incluso ejerciéndose sobre los cuerpos de niños y personas desarmadas o débilmente armadas, en cambio la desobediencia y resistencia constituyen acciones de sabotaje o interrupción de la cotidianidad que tienen por objetivo dañar una estructura socioeconómica plenamente identificable y finalmente la violencia del estado a través de su policía militarizada tiende a lesionar, en forma grave tanto física como emocionalmente al disidente, con el fin de disuadirlo de persistir, en cambio la desobediencia o resistencia, a estos ataques tiene por objetivo la autodefensa, que permita que la disidencia asegure su supervivencia en el tiempo.
En esta perspectiva el tema de la desobediencia y resistencia, en cuanto a sus métodos, queda enmarcado a analizar que tácticas son liberadoras y útiles en un momento particular y no al hecho mismo de debatir si debemos mantenernos dentro de las leyes que emanan de imposiciones ilegitimas. Por lo que también es importante entender que el movernos dentro de una sociedad jerarquizada intrínsecamente violenta ha llevado a construir, en algunos sectores, una retorica incendiaria que en mi opinión fetichiza la violencia, lo que puede ser tan nocivo como el mas tímido de los reformismos, lo que es una victoria del propio sistema de dominación y que nos exige no olvidar que determinados medios tampoco son un fin en sí mismo y que una sociedad libertaria si bien requerirá de resistencia y desobediencia para construirse necesitara en mucha mayor cantidad de horizontalidad, solidaridad y apoyo mutuo lo que también tiene que quedar plasmado en las acciones y el discurso como objetivo central.
La violencia y las diversas formas de control social a las que somos sometidos son brutales, al punto que son naturalizadas por completo, y por lo mismo no podemos permitir que nos conquiste en forma tan intima mientras luchamos por defendernos y alcanzar nuestros objetivos. El adversario, la clase dominante, siempre tendrá diversos rostros y administradores con mayor grado de importancia y trascendencia unos que otros, pero ellos no son el objetivo principal sino los valores y la estructura jerarquizada intrínsecamente violenta que defienden.
La revolución no será un carnaval, pero tampoco tiene porque ser un baño de sangre masivo que ponga en riesgo a la propia humanidad, será ante todo un movimiento consciente que oponga una cultura propia solidaria y horizontal que reconozca como legitimo aquello que nos diferencia y lo que tenemos en común donde nadie tenga el poder de imponer estructuras de dominación, y en que la resistencia y la desobediencia serán una carta mas dentro de la baraja de la que en ningún caso se puede prescindir, quien así lo plantee en términos absolutos solo predica la moral hipócrita de nuestros opresores .

lunes, 27 de mayo de 2013

¿Qué es el Nihilismo?


Sobre
El Nihilismo es una posición filosófica que argumenta que el mundo, y en especial la existencia humana, no posee de manera objetiva ningún significado, propósito, verdad comprensible o valor esencial superior, por lo que no nos debemos a éstos.

Descripción
El nihilismo, del latín nihil (nada) e ismus (doctrina, movimiento, práctica de) es una "actitud" filosófica, puesto que no es una tendencia filosófica estrictamente definida, de negación de todo principio, autoridad, dogma filosófico, religioso, político y social. El nihilismo es una posición filosófica que argumenta que el mundo, y en especial la existencia humana, no posee de manera objetiva ningún significado, propósito, verdad comprensible o valor esencial superior, por lo que no nos debemos a éstos.

El nihilismo hace una negación a todo lo que predique una finalidad superior, objetiva o determinista de las cosas puesto que no tienen una explicación verificable; por tanto es contrario a la explicación dialéctica de la Historia o historicismo. En cambio es favorable a la perspectiva de un devenir constante o concéntrico de la historia objetiva, sin ninguna finalidad superior o lineal. Es partidario de las ideas vitalistas y lúdicas, de deshacerse de todas las ideas preconcebidas para dar paso a una vida con opciones abiertas de realización, una existencia que no gire en torno a cosas inexistentes.

En este sentido el nihilismo no significa creer "en nada", ni pesimismo ni mucho menos "terrorismo" como suele pensarse, si bien estas acepciones se le han ido dando con el tiempo a la palabra. De todas formas hay autores que al nihilismo, entendido como negación de todo dogma para dar apertura a opciones infinitas no determinadas, le llaman "nihilismo positivo", mientras que al sentido de negación de todo principio ético que conlleve la negligencia o la autodestrucción le llaman "nihilismo negativo" (También se les conoce como "activo" y "pasivo").


Concepto filosófico

El nihilismo tiene antecedentes muy antiguos y se encuentra ya en algunos textos filosóficos hebreos, como el Eclesiastés. Entre otros filósofos ecuménicos que han escrito sobre esta materia se incluye a Friedrich Nietzsche y a Martin Heidegger. Nietzsche describió a la cristiandad como una religión nihilista porque evadía el desafío de encontrar sentido en la vida terrenal, y que en vez de eso crea una proyección espiritual donde la mortalidad y el sufrimiento eran suprimidos en vez de transcendidos. Nietzsche creía que el nihilismo es un resultado de la muerte de Dios, e insistió en que debía ser superado, dándole de nuevo significado a una realidad monista. Buscó un idealismo pragmático en vez del idealismo cósmico de Schopenhauer.

Heidegger describió al nihilismo como el estado en el que no queda nada del ser en sí, y argumentó que el nihilismo se apoya en el reduccionismo del Ser a un mero valor. El nihilismo es el proceso que sigue la conciencia del hombre occidental y que quedaría expresado en estos tres momentos:

1. El nihilismo como resultado de la negación de todos los valores vigentes: es el resultado de la duda y la desorientación.
2. El nihilismo como autoafirmación de esa negación inicial: es el momento de la reflexión de la razón.
3. El nihilismo como punto de partida de una nueva valoración: es el momento de la intuición, que queda expresada en la voluntad de poder, en quien se expresa a su vez el valor de la voluntad.

Esta es la base sobre la que ha de construirse, según Nietzsche, la nueva filosofía. El hombre provoca, en primer lugar, la muerte de Dios o la destrucción de los valores caducos. En segundo lugar, el hombre toma conciencia plena del fin de estos valores o de la muerte de Dios y se reafirma en ella. En tercer lugar, y como consecuencia de todo lo anterior, el hombre se descubre a sí mismo como responsable de la destrucción de los valores o de la muerte de Dios, descubriendo, al mismo tiempo, la voluntad de poder, e intuyendo la voluntad como máximo valor; así se abre el camino a unos nuevos valores.


Relación con ideas políticas:

El nihilismo podría asemejarse al anarquismo político, de ir del rechazo de los valores sobrehumanos al rechazo de la autoridad y el gobierno, pero no se trata exactamente de lo mismo. Algunos puntos de diferencia son, principalmente, que el nihilismo es una palabra que designa básicamente dos cosas: 1) un punto de vista filosófico más o menos vitalista, 2) un movimiento cultural contestatario.
Mientras que en lo político el nihilismo, en ninguna de su manifestaciones, aportó mayor originalidad, el anarquismo, en cambio, es una teoría sobre la organización política voluntaria. De todas formas, en determinados casos, la actitud filosófica nihilista podría ser compatible con la política anarquista, esto, claro, en el significado positivo de nihilismo que previamente se ha explicado. Además, el movimiento cultural ruso o nihilismo probablemente fue un precursor del futuro y más serio movimiento anarquista ruso, al tiempo que los autores considerados filósofos nihilistas en Europa Occidental daban algo del sustrato de algunas ideas antideterministas y voluntaristas del anarquismo moderno.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Antijudaísmo vs antisemitismo




1) Judaísmo: El judaísmo es un problema no solo de la filosofía política o de la filosofía de la religión, es un problema vital –pues la vida misma está en grave peligro por las religiones monoteístas institucionalizadas por el judaísmo, base del funesto lavado cerebral de masas del sistema establecido por la cultura de la muerte- El problema del judaísmo no se reduce a un problema de racismo, ya que el judío no pertenece a una raza. El problema radica en que esta etnia-pueblo, de bases religiosas, peligrosamente se ha hecho con el poder mundial con una política de expansionismo e imperialismo gracias al racismo, la manipulación, la ambición demencial, el robo, el saqueo, la usura, la traición, el aglutinamiento de masas, la hipocresía, el lavado cerebral, etc. El mundo de hoy es un campo de concentración dirigido por la “hermandad” judía que está llevando a toda la humanidad al suicidio colectivo…




Soslayando la académica antropología, cualquiera se da cuenta que las razas se distinguen por el “color de piel”, y no por las “creencias religiosas”: EL JUDAÍSMO NO ES UNA RAZA, porque no es un color de piel. Según cualquier diccionario de la lengua, una raza es un grupo humano caracterizado por el color de la piel: raza negra, raza blanca, raza roja, raza amarilla, raza azul, etc… en ningún instante dice que es un grupo humano que se caracteriza por sus “creencias religiosas”. El color de piel es lo que distingue a las razas, no a las religiones. Es decir, el judaísmo no entra en el conjunto de razas por ser un sistema de “creencias religiosas” y no un color de piel. Existen en el mundo judíos de TODAS las razas: judíos negros, judíos blancos, judíos mestizos, judíos amarillos chinos, judíos indios, etc. que se aglutinan en un sistema religioso. Es una religión que rinde culto a una interpretación de la “divinidad”, una agrupación humana que nació como una secta u orden religiosa para luego aglutinar al rebaño humano en su sistema de creencias y convertirse en una religión poderosísima que inculca sus creencias a las masas subordinadas en la terrible esclavitud del espíritu del sistema establecido actual.



Es clara la diferencia entre raza y religión, pero el término “antisemitismo” se nos presenta como un eslabón entre el racismo y el fanatismo religioso, ya que los judíos se identifican a ellos mismos como una raza especial llamada “semita”. En su esquema mental son “los elegidos” del resto de humanos por su “dios” Yavé o Jehová, y por su megalomanía se creen los más inteligentes del mundo. El término semita viene de la fábula escrita en el libro religioso judío llamado la Biblia donde se afirma que los judíos son los descendientes de Sem, hijo del patriarca judío Noé, hijo de Adam, primer hombre creado por Jehová. Así, el término “semita” tiene una connotación religiosa y no racial. Los judíos se identifican a sí mismos como la “raza semita” porque predican la pureza racial y la pureza de sangre fundamentados por creencias religiosas (lo distintivo de los judíos es su sangre). Como “elegidos” por su dios-Jehová, pretenden distorsionar la realidad y convertir su religión en una “raza”. Optaron por el término “semita” como etnia de sangre descendiente de Adam, Noé, Sem, para referirse a todos los judíos, así como a sus descendientes primos árabes y correligionarios cristianos. El término semita tiene así una connotación de “raza”, se empezó a hablar de los judíos como “la raza semita”, y el judaísmo, que empezó como una secta religiosa, una religión, terminó convirtiéndose ahora en una “raza”. Los musulmanes árabes adoptaron las mismas creencias monoteístas de los judíos y, por lo tanto, también son semitas. Según las creencias del islamismo, los musulmanes también son descendientes directos de Adam, Sem, Abraham, Noé, Moisés...los islámicos tienen los mismos patriarcas judíos. El Dios Alá árabe es el mismo Dios Jehová judío, su monismo monoteísta y su moralismo rígido del “premio y del castigo” es exactamente el mismo. Por la llegada de Mahoma, el islamismo se distanció del judaísmo, provocando un odio irracional de los judíos contra sus primos árabes, que se palpa hasta hoy en día por las atroces guerras en Medio Oriente. Así como los judíos no creen tampoco que Jesús del cristo es el mesías, tampoco creen que Mahoma lo sea. Los judíos todavía esperan a su mesías, sin embargo, cristianismo e islamismo son religiones cuyas raíces se encuentran en el judaísmo, son fuentes del mismo esquema religioso monoteísta de los judíos, son religiones monoteístas patriarcales que predican la “guerra santa” entre sí, la guerra de los dioses machos del monoteísmo judío, una guerra interna del judaísmo. Afirman que su “dios es el único dios” en su afán de Imperialismo y monismo egoico. Los apocalípticos cristianos, con espada en mano, adoptaron las mismas creencias monoteístas de los judíos gracias a su profeta judío Jesús que nació en las raíces del judaísmo según la historia judía del Nuevo Testamento contada en la Biblia (libro escrito por las élites judías para imponer su modelo mental y su modelo de religión monoteísta, materialista y autoritario-patriarcal). También el islamismo, con su Corán, su mesías es Mahoma, un descendiente de la realeza judía, que igual que Jesús, de la Casa de David, retornarían en el fin de los tiempos como “reyes del mundo”. Es característica del judaísmo la temporalidad lineal mesiánica de la llegada del mesías en un “caballo blanco”, (el madhi, el mesías) en pleno fin de los tiempos. El mesianismo es engendro del judaísmo, y las creencias apocalípticas lineales encarnan el arquetipo del “elegido de los judíos” que llegará como mesías “rey del mundo” en el fin de los tiempos: Al Dajjal, el Anti-cristo del nuevo orden mundial, el salvador Cristo-Satán de la de nueva era del Imperio de Sion, que provocará no solamente la “guerra santa” nuclear o Armagedón, sino también la apostasía a escala planetaria, la tribulación, la mala vibra global, el extremo de la decadencia espiritual y moral, el descenso final para la llegada del mesías judío. Estas religiones monoteístas defienden la tradición de la visión apocalíptica del mundo, el “fin de los tiempos”, el mesianismo, el propósito, la finalidad, la meta, la misión, la teleología de la servidumbre, con el esquema mental del “origen y la finalidad”, o “principio de todas las cosas”, “génesis” o “creación del demiurgo”. Esta malgama de símbolos religiosos forma parte de la manipulación de las emociones a través de la energía religiosa psicológica hacia el derrumbe total de la humanidad.




Con este esquema fueron arando el camino de la manipulación racista-religiosa que llaman “anti-semitismo” para que toda crítica a la demente religión y moral de los judíos sean tildadas de racismo. No se puede criticar ahora a la religiosidad judía ni a la moral judía sin ser tildado de nazi, “antisemita” o racista. Los judíos, adeptos de las creencias religiosas judías, usan muy bien su papel de víctimas para lograr la inmunidad moral. Los fanáticos antisemitas filo-nazis le hacen un gran favor a los judíos, en su papel de victimización y racismo. Ahora criticar a las creencias judías, es algo condenable por toda la cristianizada sociedad occidental, y hasta se puede ir a la cárcel por cuestionar el status quo judío. No se puede ahora expresar libremente la crítica contra las élites judías, porque quien se atreve es acusado de “antisemitismo”, como varios investigadores del problema judío. ¡El Estado de Israel pretende ahora criminalizar el “antisemitismo” a nivel global! Varios revisionistas históricos del supuesto Holocausto judío perpetrado por los nazis han terminado juzgados y apresados por hablar del problema judío. Sin embargo, criticar a la religión judía desde la filosofía política y la filosofía de la religión no es ningún antisemitismo ni racismo.

La histórica victimización del pueblo judío fue elaborada por judíos, de allí se explica por qué el nazismo fue creado por judíos, sirve a los intereses de las élites judías para la realización mesiánica de su demencial religión racialista, la dominación del mundo para preparar la llegada de su mesías rey...el nazismo es judaísmo.



2) Nazismo : Es gracias al nazismo que el judaísmo se consolida en la categoría de “raza”. Nace como un germen del racismo antisemita inculcado por los mismos judíos. El Partido Nazi fue creado por jerarcas judíos –asquenazis, blancos como Alfred Rosenberg- con bases religiosas racistas que se encuentran en la doctrina de la pureza racial predicado por los neo-templarios masones del hitlerismo esotérico, la Teosofía de Blavatzky, la masónica Sociedad de Thule o la platillista Sociedad del Vril. Los nazis reconocen a los judíos como una “raza” y defienden que los judíos deben tener su propio Estado de Israel en Palestina por su condición de “raza especial”. Los nazis tomaron en serio las creencias racistas religiosas judías porque ellos mismos adoptan la suprema estupidez mental de la supremacía racial, y colaboraron con los judíos en la inmigración masiva de judíos hacia Palestina para la creación del Estado de Israel. El holocausto judío, donde supuestamente fueron sacrificados 6 millones de judíos en los campos de concentración de los nazis-sionistas, fue la escusa perfecta para que los judíos crearan el Estado de Israel, y esto no enseñan en la escuela ni en la universidad, uno tiene que investigar y hacerse con los hechos para poder visualizar la realidad. El nazismo es un brazo armado del “antisemitismo” creado por judíos para victimizarse a ellos mismos, para acusar de racismo y nazismo a todo aquel que critique las políticas sionistas y para que los judíos tengan inmunidad moral. Los nazis también creen como los judíos en la tremenda ignorancia de las razas superiores y ellos mismos se creen superiores, judíos y nazis predican la supremacía racialista porque son engendros del mismo esquema mental. Son orgullosos de llamarse “antisemitas” y como racistas que abogan por la supremacía de su raza “aria” odian a las otras razas: la negra, india, mestiza, gitana, dando más combustible a la tremenda estupidez del racismo. El nazismo es racismo y “antisemitismo” creado y manipulado por judíos, una secta satánica religiosa neo-templaria que gracias al hitlerismo esotérico de Miguel Serrano y al tal Nimrod de Rosario, y con sus enajenados seguidores, se está convirtiendo en una nueva religión de la nueva era, quienes creen en la llegada del “avatar” hitleriano judío en un “caballo blanco” en el ragnarok o armagedón.



El Mesianismo inherente en la concepción nazi es propio del judaísmo, y como los judíos, los filo-nazis también esperan la segunda llegada de su mesías, como el cristianismo y el islamismo, esperan el retorno del mesías Adolf Hitler, encarnación de Wotan o de Lucifer, que sería como el Cristo de los cristianos, o el Mahoma de los islámicos. La misma estructura ideológica pervertida mesiánica de los judíos. El antisemitismo nazi es judío, una herramienta primordial del Gran Complot para el dominio del mundo.



Sin embargo, el problema nazi es más complejo. Los nazis abogan por la supremacía blanca-nórdica de los arios, sus “dioses blancos”-hiperbóreos que Madame Blavatzsky describe muy bien en su “doctrina secreta”. Viajan en “vimanas” (ovnis) hacia otras dimensiones, y como los antiguos gnósticos judíos están en una absurda guerra contra la materia, contra la naturaleza y contra sí mismos, contra el universo material supuestamente “creado” por el demiurgo Jehová, dios de los judíos. Los gnósticos nazis, al reafirmar la existencia de Jehová con su génesis o “creación”, siguen el mismo esquema mental de los judíos porque son hermanos gemelos. El “creacionismo” del momento inicial u origen, y el Luciferismo-Hitleriano-gnóstico que se rebela contra Jehová es un problema judío. El antisemitismo satánico-luciferino de los filo-nazis es funcional para los planes de victimización de los judíos, para que las élites satánicas judías logren sus planes de expansión y conquista mundial para la llegada del mesías Al Dajjal. En verdad, hay un íntimo vínculo entre los judíos y los nazis arios porque el mismo mesías del nazismo, Adolf Hitler, era un judío, y odiaba a su estirpe-etnia. Este dictador racista prohibió la investigación sobre sus raíces judías, su abuelo era un hijo ilegítimo de Salomon Rothchild, y como todo masón, Hitler era un ecologista antihumano, soñaba con la unificación de Europa y el Nuevo Orden Mundial que él llamó Tercer Reich, anhelaba como todos los Illuminazis, el “Escatón”, el “Armagedón” para la llegada del mesías y para la supuesta demencial “destrucción del universo”.¡¿…?!




Conclusión

Todo aquel que llame nazi a cualquier investigador del problema judío está cometiendo un acto de terrorismo intelectual, así como todo nazi que acuse de judío a cualquier investigador sobre el problema nazi. Judíos y nazis tienen los mismos esquemas mitológicos religiosos, son dos hermanos gemelos. El mismo racismo antisemita blanco de los nazis es el mismo de la supremacía racial judía talmúdica sionista, funcional a las políticas de racismo y genocidio que ejecutan los gobiernos totalitarios sionistas nazis, ashkenazis sefarditas de hoy. El antisemitismo nazi racista es la mejor herramienta de los judíos para su victimización y continuar con sus políticas globalistas. Dice un judío llamado Haïm Cohen: "La amarga ironía de la suerte ha querido que las mismas tesis biológicas y racistas propagadas por los nazis sirvan de base para la definición oficial de la judaicidad en el seno del Estado de Israel".


En la guerra espiritual y psicológica de la resistencia contra todos los parásitos del pensamiento (ideologías, esquemas, posturas, dogmas) que el sistema judío inculca, es necesario un auto-examen del pensamiento por honestidad con uno mismo, pensar sobre el esquema mental propio e identificar lo que nos ha sido inculcado en el lavado cerebral de la cultura de la muerte, expulsar toda esa mala vibra de las ideologías impuestas, y reconocer el pensamiento extraño-parásito para deshacerse de él… esto es como un acto de guerra.

lunes, 6 de mayo de 2013

Yo no quiero abortar al feto que llevo dentro

Abran paso a la derrota
abran paso a la legión de perdedores
abran paso a la poesía
esa que no crea sino que destruye
subid las persianas abrid las ventanas
dejad que el olor nauseabundo
intoxique vuestras fosas nasales
porque es verdad
porque es real
no pretendáis enmascararlo con metáforas imposibles
o con filtros que suavicen esta fealdad
que la vida es sufrimiento
que no existe la justicia
y quién diga lo contrario
es que intenta venderos algo
que a lo mejor nos atraen las cosas rotas
porque nos vemos
reflejadas en ellas.



Extraído de: http://volianihil.blogspot.com/