domingo, 31 de enero de 2016

USTED TRABAJA OCHO HORAS...

“En la inmovilidad, el silencio impalpable,
  Yo estoy ahí. Estoy solo. Si me golpean, me muevo.
  Trato de proteger una cosa roja y sangrante,
  El mundo es un caos preciso e implacable.
Usted trabaja ocho horas y tiene una esposa, una casa, un perro, dos hijos y una amante. Usted está cansado de vivir. Usted se suicidará esta noche. Volverá, saludará con un vago ademán a su mujer, se aflojará la corbata, subirá las escaleras, buscará el arma de su padre que se encuentra guardada en una caja azul escondida en un mueble. Usted se sentará en la cama a las 22:02 horas y gatillará a las 22:15 horas. A las 22:15 horas y tres segundos un rocío rojo se difuminará en las almohadas. A las 22:15 horas y treinta segundos su mujer gritará. A las 22:16 horas chorrearán un par de gotas y la pared estará plagada de pintitas oscuras -algunas más grandes, otras más chicas- juntas en el centro y alejadas en la periferia, formando un complicado dibujo que dentro de unas horas limpiará la mucama con un trapo rosado y carcomido por el líquido limpiador. A las 22:17 horas entrará un mensaje de su amante a su celular reclamando el habitual texto obsceno a la salida del trabajo que nunca ha llegado. A las 22:18 horas se desprenderá sola una flor mucilaginosa cerebral que nadie se atreve a tocar y que es suya y no es, ya que usted ya no es usted.
Su plazo fijo seguirá generando dinero e intereses
Sus carpetas de porno en la computadora portátil seguirán estando allí
Durando.

Extraído de http://estatizado.tumblr.com/

jueves, 7 de enero de 2016

LA VENGANZA DE LOS LOCOS


Que tu corazón no crea
lo que de la boca de aquel insensato brota
que tu corazón no se quiebre
por los conceptos sin sentido que te echan encima
que tu corazón no llore
porque todo es mentira
eso que te dice
que tú tienes
no lo tienes
no estás deprimida
no estás trastornada
eterna niña inocente, no le creas
no posees esa fobia
¡Maldigo la normalidad y a los normales!
Enemigos míos son
¡Abran paso a los locos y a sus legiones!
¡Abran paso que nos soltaron de la jaula!
Y tenemos sed de lágrimas y hambre de carne humana
ahora somos libres e inconscientes
nada ni nadie nos trancará el paso
porque somos libres
como los niños, como los dioses, como los locos
somos mayoría
y vamos por ti…
lo juro
vamos por ti.
Tu lengua viperina
será arrancada
tus diagnósticos arderán junto a tu cuerpo en la hoguera
serás castigado de la forma más lacerante
se hincharán ahora tus ojos, ya no más tus bolsillos
a costa de nosotros
los parias
los “inadaptados”.
Cuando entrelazo las pestañas
recuerdo a los que se han suicidado
recuerdo a los que oprimiste
aparecen en mis pesadillas
y me susurran al oído
que tú fuiste el culpable
y me inspiro
en la soledad de estas cuatro paredes grises sin sentido
maquino
si será una Glock o un martillo
si será un hacha o un cuchillo
si esa boca no emanará ya más mentiras
si esa boca se adornará de mosquitas
si gusanos y hormigas brotarán de tu barriga.
Y vamos por ti
lo juro...

vamos por ti.



Simón Filko

viernes, 1 de enero de 2016

5.00 A.M


Mira que no es difícil
hacer poesía
cuando las lunas de fuego incineran
con sus llamas de pasado
tus ciegos ojos
de topo.
Mi amado topo...
criatura de Dios
finito
como tu vocinglería
como tu inteligencia
como tu conciencia
como tus palabras
y aún así te atreves
a pregonar que eres el hombre
que eres tú el prototipo
oh, ciegos maestros
que de todos saben
excepto de ellos mismos;
ni de dónde vienen
ni dónde están,
ni adonde se irán…
más sin embargo
averiguarlo no es arduo
pronto estarán de regreso a casa
pronto;
y “volverán a la nada de la cual provienen”
y su legado
y sus estilísticos discursos de retórica hueca

se convertirán en polvo.




Simón Filko

Mi musa enferma

Pálida, 
si,
como llegaste al mundo, 
para mostrarnos tus ojos tristes.
¿Y qué importan acaso
los vernáculos del buen pasar
en manos del mediocre santo y seña
de equilibrios infundados?
Sólo un tonto vive sin pasiones,
ni las consecuencias corporales.
Hermosa e insomne,
misterio rasgado por las lentas lunas,
abrasando el mundo de los genios.
Blanca sinfonía desnuda
en la voz de tu poesía,
toses en la alforja de tu llanto,
fiebres te enloquecen de porfías,
sangres te derivan hacia los quebrantos
de la furia absorta de los hombres.
Te duele el estómago,
como Prometeo,
y en tus manos llevas
llagas siderales.